....soy de la rosa y la mar... soy el escaramujo
(Silvio Rodríguez)

lunes, agosto 29, 2005

pensando en A.

Es extraño porque no siempre me acuerdo de A. y sin embargo hoy ya van dos veces que pienso en ella. No fue mi amiga, pero imposible olvidarla, ibas a algún acto del Partido y ahí la encontrabas. L. era otra cosa. L. prácticamente vivía en la Federación. Una charla en un local y L. aparecía, bajita, flaquita, con sus 70 años a cuestas, y ese pelito corto platinado con flequillo, resabio de las primeras décadas del siglo pasado. G. me dijo un día que L. era la viuda de un socialista famoso, por lo menos famoso para los militantes, no para las masas que años tras años venían ignorando la lucha del Partido. No era culpa de ellos, no, algo andaba mal en el Partido porque el mensaje no llegaba. Una de las últimas veces que vi a L. fue en una charla que hizo el Lic. JMG hablando de las privatizaciones de las empresas de aviación. Era la primer época del menemismo y la gente festejaba las privatizaciones como un castigo a la ineficiencia del estado. Después sería tarde para arrepentimiento.

Pero dejemos a L. y volvamos a A. Ella formó parte del grupo de un diputado conocido. No se si él ha hecho algo por ella, me refiero a ayudarla económicamente; ella era maestra, no creo que su jubilación fuera muy buena. A. era un soldadito en las actividades partidarias y a veces uno siente a que a personajes como estos, militantes de toda la vida, nadie los reconoce demasiado. Se decía de ella que había tenido un gran amor, hombre del Partido, escritor y periodista, que nunca había dejado a su esposa y tenía con A. una relación intensa. El murió de noventa y pico de años y parece que seguían saliendo. Supongo que una relación así se sostiene con mucha conversación y mucho compromiso. Una vez leí que uno debía elegir al compañero fijándose en la conversación que se puede tener con él, porque cuando en el futuro lo físico pase a ser algo secundario, la relación se basará en el diálogo. En fin, A. vivía sola, tal vez algunos sobrinos pasaban a saludarla cada tanto.

Una vez el diputado conocido le organizó a A. una cena homenaje, fue en el comedor del Congreso, me acuerdo porque ese día me reencontré con S. Habíamos militado en juventud durante años y problemas personales de ella- y también políticos- nos habían alejado. Pero yo siempre le mandaba saludos a través de su padre, otro militante de esos de fierro. El me decía: S. anda apocada y yo me la imaginaba a ella, arrolladita en su cama, triste, dejando toda su potente verborragia a un lado. Cuando con los años volvimos a estar juntas y pasamos esa barrera de ser compañeras a convertirnos en amigas y luego a elegirnos como hermanas, supe que había sido así, ella tirada, no levantándose de la cama, dejándose estar, abandonada a su suerte. A eso le llaman depresión y cuando ella piensa lo que superó dice que no le desea a nadie ese estado, ni al peor enemigo. Y yo le creo, porque yo también pasé por tristezas profundas pero por suerte no llegué al punto de establecer en mi cama el sitio de vivir.

El día de la cena homenaje, A. encabezó la mesa larga, había un montón de compañeros que habían dejado de militar cuando integramos la Alianza, y siempre es una alegría volver a encontrarse. El diputado hizo un discurso y todos nos emocionamos porque en definitiva cuando hablan de un militante están hablando de nosotros. Pero pasó el tiempo y sólo vi a A. en el Centro Cultural San Martín, yo trabajando en la Legislatura que entonces funcionaba ahí y ella bajando de su clase de coro. No debería haberme llamado la atención pero me dije, esta mujer a sus 70 años todavía tiene ganas de hacer cosas, canta y encima no lo hace sola, ella canta en colectivo. Una conducta de vida, evidentemente, hasta en los pequeños detalles. Meses después supe que un auto le había pasado por encima, si ella cruzó mal o el auto avanzó sin pudores no es algo que cambie demasiado las cosas: ya no quedó bien para caminar y encima perdió audición ,aún si se gritaba ella ya no oía. La muerte de su pareja también la tenía deprimida. Si uno midiera el tiempo por los hechos políticos, sucedieron tantas cosas que es igual a decir que pasaron muchos años. Las internas en el Partido se hicieron más feroces y se llegó al punto de no saludarse con compañeros de toda la vida, como si en vez de adversarios ahora fuésemos enemigos. Mientras el enemigo real se paseaba muy orondo destruyendo leyes obreras, dejando millones de personas en la calle, vendiendo las joyas de la abuela y paseando en Ferrari Testarrosa. Y el Partido, como reflejo del país, se fue convirtiendo en un sálvese quien pueda.

Ya no recuerdo quién me dijo que A. vivía en un geriátrico, que sus parientes la pusieron allí porque ya no podía manejarse sola. Creo que además era fuera de la Capital. Supongo que eso la debe haber destruido, una mujer tan activa, de pronto encerrada y lejos de lo que le gustaba, no sería muy saludable para ella. Estoy pensando que tendría que preguntar en la Federación si alguien sabe más de su destino. Honestamente no sé por qué hoy, en este domingo tan gris, A. se me vino a la memoria.

viernes, agosto 26, 2005

breves pensamientos para no perder la memoria



I
Como un imán caigo de nuevo en el campo magnético de la historia.

II
Pañales desbocados: espejos de la desaparición.

III
Un cartel invisible reza no te metás.

IV
Cuando caminar se hace ronda en una plaza.

V
Bajo las baldosas hay gritos que nadie escucha.

VI
Cómo hacer para que la pelota cuente lo que se calla?

VII
Es mentira: no es la fiesta de todos.

VIII
Soy la niña que se hamaca mientras sangran las palomas.

IX
Qué suerte que la puerta estaba oxidada.

X
Basta! Basta! Basta!

Saco los pies de la tiniebla
corro el velo de la ventana
y una brújula me conduce
al extremo sonido de los cuerpos.

Recién en ese momento
la poeta logra callar.

lunes, agosto 22, 2005

breves pensamientos para escalar una montaña




I
Lo que llevo escrito es pura grafía cotidiana.

II
También en el papel existe el borde.

III
El instante derrotado se revela ahora poesía.

IV
Del interior unos signos sangran sobre la hoja.

V
Hundirse en la celulosa y deshacerse del vacío.

VI
Cuando sale la lluvia navegan los versos fracturados.

VII
Sobre la espalda vuelan los panfletos.
Otra forma heroica de escritura.

VIII
El conjunto es la tristeza del espejo.

IX
Mejor buscar una sustancia que se inflame.

X
Canta el amor
y será bandera entre los hombres.

todo x dos pesos

Yo guardo las formas.
Dejo mis bolsas a la entrada
para evitar comentarios por lo bajo
de los vendedores.
No quiero terminar como esa mujer
que fue corrida por la china
con un palo de amasar
extraña sisebuta venida de oriente
gritando ladrona, ladrona.

A mí me gusta perderme en esos laberintos importados
porque poco queda nacional en los estantes
y no es culpa del negocio
es algo más grave que no se cocina a estos niveles.

Tampoco ya es verdad el nombre conocido
Todo x dos pesos
A ese precio sólo se consigue
un paquete de incienso de lavanda
o una colita grande para el pelo
tal vez con buena suerte
un cuadernillo con dibujos
para que pinten con crayones los más chicos.

Hay tantas cosas inútiles
que me llaman la atención!
Siento como si me dijeran con lujuria
mirame, comprame.
Así observo un salero de vidrio
delicadamente tallado
y un portarretrato cuyo diseño
no tiene nada que envidiar
a los que vienen de Italia.
Unos alhajeros musicales
me llevan a las horas de mi infancia.
Hay juguetes que harán dichoso a cualquier niño:
un dinosaurio colorado con el huevo de su cría color ocre
una barbie que no logro discernir si es real o imitación.
Lo que haría yo con mucha plata!

Maldita consumista grito cuando me miro en el espejo
y salgo avergonzada
tragándome unas campanitas que cuelgan en el techo
y cantan desoladoras coplas de despedida.

jueves, agosto 18, 2005

cubanitos con dulce de leche

Va arrastrando sus pies por el asfalto.
Temo que venga un viento fuerte y se lo lleve.
En la bandeja los cubanitos tiemblan
por el terremoto de sus manos.
Me pregunto cuántos años tendrá.
Los que trabajan en la calle
aparentan más de los que tienen
como si el sol y el aire les desgastaran el rostro.
Aunque en el cuerpo también resuenan las colisiones
de los coches, sus aceleraciones,
la indiferencia fatal de los choferes.
No tiene voz para vocear
y las monedas del bolsillo no hacen el ruido suficiente
para que cualquiera advierta su presencia.
Vamos, le digo mentalmente,
crucemos de una vez la Juan B. Justo.
Pero mientras yo avanzo
el viejito intenta subir a la vereda,
zigzaguea como puede ciertos autos...
Es que nadie tiene ansiedad de cubanitos
con gran relleno de dulce de leche?

martes, agosto 16, 2005

la sombra de las sombras

Unas nenas vienen avanzando
entonces les pregunto
es ésta Carlos Melo?
Mientras contestan que sí y doy las gracias
veo los juguetes en sus manos.
Allá a unos metros se ve una multitud de chicos
esperando por pelotas y muñecas.
Es día del niño pienso.
Está el político que perteneció a un partido grande
y ahora se corrió más a la derecha.
Sale de aquel local hacia su coche.
Ya hizo la buena obra del día
ironizo
y no puedo olvidarme
de esos pequeños a la puerta de la Casa Cuna
peleando por los obsequios baratos e importados del payaso
mientras las madres se insultaban
porque algunos de sus hijos
se habían aferrado a todos los juguetes.

La ciudad se hace cada vez más vieja
y parece imperceptible el rumor de los carros
nervaduras de hierros carcomidos
que cargan pobreza y resentimiento
además de los cartones en su panza.
No dan ganas de andar caminando
detrás de la sombra de las sombras
y sin embargo estoy aquí.

Es el frío me digo al borrar con mi mano izquierda
la lágrima rebelde que se fuga.
Cómo hacer de este texto algo menos gris
si se perdió mi tinta azul
en el empedrado?

Barracas al sur


La encuentro en una esquina,
salto de cama rojo, bien potente,
imposible no mirarla,
con una bolsita de supermercado,
ajena a los problemas del mundo.
Yo me detengo en ciertas casas.
Dejo lo que el trabajo me obliga.
Y degusto ese color gris de las calles
que no desentona
con las casas de principios de siglo XX.

A veces mis ojos me piden eternizar
ese momento
y entonces saco mi cámara de fotos:
casas viejas, con rejas oxidadas por el tiempo,
nombre de constructor italiano en la fachada
y maldigo no poder atar el olor que llega del Riachuelo.

Sigo la trayectoria que me impuse
y otra vez la veo.
Sigue con sus pasos cansaditos
amputando el silencio.
Luego miro un perro callejero
husmea la basura, toma agua
que corre a la orilla del cordón de la vereda
y me sorprendo frente al templo de los masones.
Me da vergüenza sacar una foto
porque hay gente que mira
pero hace unos meses estuve en su interior:
el piano viejo, los asientos estratégicamente ubicados,
y la inscripción que recuerda al arquitecto del mundo.

Ahora regreso , voy hacia mi último punto.
Me espera nuevamente el olor a choripan
de aquella esquina
y allí está ella.
No sé si se dio cuenta que ya nos encontramos
varias veces.
Cruza la calle, viene hacia mí
me dice qué frío que hace hoy
y le contesto que sí, que hay que cuidarse.
Yo me voy y ella se aleja,
se va haciendo más pequeña.
Y me saca una sonrisa
la vieja caminando por Barracas.

domingo, agosto 14, 2005

qué bello es vivir



Se diría que no me gusta el cine norteamericano. No me agrada porque no creo en finales felices- aunque a veces suceden cosas tales en la vida diaria-. Tampoco me parece interesante un relato lineal. Si bien los días se suceden unos a otros, hay millones de instantes y tantos pensamientos que los surcan, que uno transcurre yendo y viniendo por la mente. Pero debo admitir que hay viejas películas que se han grabado como un sello sobre mi memoria y es curioso, porque no sólo tengo el recuerdo de haberla visto, en qué momento, junto a quién, sino que viene a mí el mismo sentimiento, es decir, como si el tiempo no hubiera pasado, me sorprendo nuevamente. Y hay films comprometidos y de avanzada y hay historias en blanco y negro y las hay que han sido coloreadas y de tan repetidas en la tele se han hecho demasiado cotidianas. Es así, que para navidad es inevitable que pasen doblada o subititulada esa película de final feliz, sí, pero no de relato lineal que es "Qué bello es vivir" de Frank Capra, con protagonismo de James Stewart. Sé que los argumentos no se cuentan pero es inevitable decir que un hombre con dinero tiene deudas y su tío pierde el dinero para pagarlas y él queda en la bancarrota,entonces se emborracha y piensa que en realidad no tendría que haber nacido, que es mejor terminar con su vida. Pero un ángel que aún no ha ganado sus alas, le hace ver qué habría pasado con el pueblo si él no hubiera vivido, gente pobre que no habría podido acceder a su casa propia, y alcanza a ver a su mujer solterona, trabajando aún en la biblioteca popular. Entonces él comprende lo importante que fue su vida para los demás y decide no suicidarse. El final es a pura lágrima para mí, y ahora que lo escribo lloro como una condenada, con cada habitante del pueblo que le reconoce su actitud de tantos años haciendo una colecta para que él pueda pagar su deuda. Ups!!! Estaría bueno que cada vez que uno se deprime viniera un ángel a mostrarnos las cosas buenas que hicimos en la vida. Dónde está mi ángel, que no lo veo??? En fin, voy a secarme las lágrimas y regreso.

sábado, agosto 13, 2005

cuadrado negro


Abro la ventana
todo es negro
y tengo que imaginar lo que se oculta
por ejemplo la luna en el interior de la noche
como una máscara mortuoria de guerreros
en pose de temblor
(pliegues de llantos contenidos por años
es hora de morir y ni siquiera en cruz
se aferran al arrepentimiento)

Igualmente surca el rasguño de los búhos
que se lanzan a mirar con sus pequeños ojos
y susurran nuestros vicios de jóvenes cuerpos
desnudos al balanceo de las manos
(en el borde de la ducha
sopla un viento fuerte y elocuente
también el amor es ciego y atraviesa los días
ignorando todos los portones)

Con la música al fondo
paralizo mis pupilas que no ven
un estrépito de voces gravita en la avenida.
Imposible combinar sus pasos
y mis gestos que se alejan cómo pálidos mares.
Me ato a lo oscuro, a la perfección de lo inasible
y no sé qué puede ser más heroico
más cristalino que lo profundo de la sombra

miércoles, agosto 10, 2005

luz azul


Bajo una luz azul
enceguecida estoy.
Indefensa.

Escondiéndose
de la fuente de sus sueños
mi cuerpo desnudo
se delata.

lunes, agosto 08, 2005





Dicen que el viaje nunca termina.
O más bien que el viaje termina cuando es relatado.
Yo no sé cuán interesante puede ser un viaje en subte.
Pero en ese trayecto
que para mí suele durar una media hora
además del eco del tren al pasar por el túnel
bajo ese firmamento de piedra oscura
las voces se enrollan multiplican
y el paisaje de columnas
obliga a orientar los ojos hacia el horizonte del vagón.

Entonces se me vienen poemas enteros
que luego desecho por feroces e indescifrables.
Miro setenta veces siete
a los pasajeros de enfrente
que juegan a desnudarme en su imaginación
mientras de reojo el libro de mi vecina
me parece muy bueno.

Así paso el tiempo
entre murmullos y ronroneos
porque si se viaja en subte
-se sabe-
es de mala educación andar profiriendo gritos.
Todo debe ser la apariencia
de una contraseña infranqueable
que sólo podrá descubrirse
al volver a inspirar
el aire nauseabundo encima de la tierra.

sábado, agosto 06, 2005




Estos poemas son
una imagen interior
una foto sacada tras el detalle de la lágrima
un flechazo en el cuerpo de ciertos hombres
un jadeo modesto de la sangre.

No hay una única cara
sin embargo.
Repetición confusa de verbos anodinos
conjugados en primera persona
-del singular y plural
ya no interesa-
con un rabioso placer
de haberse abierto paso contra paredes virginales.

De veras
una lágrima cae
como si fuera un ejercido derecho
y no hay rima que espante
a esta boca raramente incisiva.

Estos poemas son
como una mosca molestando a un elefante
y en el cielo febril un abanico de espuma:
se parten en grietas
languidecen por la confusión del viento.

Unos poemas sin halo
sin rouge y sin corpiño
escritos por unos dedos pequeños
que palpan astillas de cristales
y contienen su sed tomando agua de mar
sin saber o haciendo que no sabe
lo que osmóticamente le espera.

En fin
solamente
unos poemas
para mirarse el ombligo.

sofocante




Un poco sofocante aquel sábado a mediodía
José Carlos Becerra-Aguas Costeras


Existe una palabra más extraña que el amor?
Un poema debería hablar de otras cosas
menos predecibles
del mágico aire que previene una tormenta
de la diversidad de colores de los atardeceres
de las moléculas pequeñas que gotea la lluvia
de las leyes que rigen la termodinámica,
por ejemplo, la ley de la entropía:
En un sistema aislado
la tendencia es ir hacia el desorden.

No deseo escribir en esta página
que Clausius tenía razón:
No es posible proceso alguno
cuyo único resultado sea
la transferencia de calor
desde un cuerpo frío a otro más caliente.

Ah yo creía ingenua
que mirando por una ventana
iría a tropezarme con sus besos.

El amor: este humo abundante
que escapa del centro de mi hoguera
y supera, contra todo pronóstico, las nubes.

miércoles, agosto 03, 2005

breves pensamientos para remontar el río


I
aullar en voz tan alta
hasta quedar sin gemidos

II
hombre adulto desdibuja
su imagen de noviembre

III
dejame a oscuras con la propia mano
que se hace danza

IV
la realidad es clorofila
pinta todo de un único color

V
un mundo estalla
bajo el polvo de los instantes

VI
dos veces en el sueño
dardos buscan el límite de lo volátil

VII
cruzando el ecuador hay otro aire

VIII
para qué
retomar la amarga palabra de lo ajeno

IX
el olvido no es oasis

extensísimo

desierto

X
desnuda recorro vacíos
nunca nada fui

lunes, agosto 01, 2005

Eva en el principio



Ahora que el origen me salpica
de avispas que me mantienen alerta
agazapada tras las horas que transcurren
convierto la belleza de los sueños
en esta entrada hacia la especie.

Como una actriz pequeña y principiante
toco mi cuerpo miro mis manos
que escribirán elementales señales
en el libro más leído del mundo.

Me esperan
en un edén multicolor
pintarrajeado

un hombre un dios una serpiente.



II
Adán
qué es esta ciudad de árboles y plantas?
De qué están hecho los fondos de los mares?
Dime cuál es ese animal
que nos mira desde lo alto
y no llegan mis ojos
al comienzo de sus patas?
Por qué llueve desde arriba?
Qué es ese redondel que brilla en medio de la noche?

Dime
ahora que caminamos desnudos
bajo un cielo de fragancias que enamora
de quién es esa voz que habla
que te dice mi hijoy con esa dulzura de su verbo
te da órdenes?

Contéstame Adán
-soy nueva en esta tierra de tardes y alboradas-
por qué corres a cumplirlas?



III
Ya me has explicado lo importante.
Me dijiste que él es quien hizo todo este planeta
este ancho y largo territorio
en que retozamos libres como cualquier animal.

Que en cinco días
él separó la luz de la negrura
y creó los cielos y las tierras
y reunió las aguas en los mares
y produjo hierba verde, con su semilla y árbol que da fruto
y pintó las estrellas y lo rojo del sol y lo blanco de la luna
y ordenó a las aguas y a los cielos
que dieran seres vivientes.

Pero le faltaba algo para quedarse satisfecho.
Entonces tomó un pedazo del polvo de la tierra
y sopló con esa fuerza que sólo tienen los dioses.

Pero no entiendo...
Cómo es que los dos estamos hechos
a su imagen y semejanza?