(Mujer llorando- Botero)
Vinieron a visitarme y yo lloraba.
Les dije:
Extraño a mi niña.
Una madre hace tantos sacrificios, recorre hospitales
y después miren cómo le pagan.
Ni una carta, ni un llamado.
Mi sobrina contestó:
No te preocupes, en donde está, ella se halla bien.
No era yo la única que ignoraba
el sitio al que había viajado mi hija.
Ellos creían que yo no sabía
que ahora habitaba
el reverso de todas las verdades
el paredón de cada esperanza
el horizonte impreciso que formula la muerte.
Les dije:
Extraño a mi niña.
Una madre hace tantos sacrificios, recorre hospitales
y después miren cómo le pagan.
Ni una carta, ni un llamado.
Mi sobrina contestó:
No te preocupes, en donde está, ella se halla bien.
No era yo la única que ignoraba
el sitio al que había viajado mi hija.
Ellos creían que yo no sabía
que ahora habitaba
el reverso de todas las verdades
el paredón de cada esperanza
el horizonte impreciso que formula la muerte.