Me preguntas por qué y cuándo
Me preguntas por qué y cuándo
te respondo que fue así
reparar simplemente en un atardecer cualquiera
pongamos por caso -ya que ni siquiera sabemos cuál- de octubre
en cómo golpeaba la luz del sol el rosáceo
e inaccesible flanco sudeste del palacio
Sacchetti
-la luz golpeaba y al tiempo bañaba no sé si me
entiendes?-
reparar en las hojitas negras y agudas de la hiedra -hacía viento
¿comprendes?- recorridas a trechos
hacia arriba en el sendero de obscuras ramificaciones por una especie de
descarga eléctrica reiterada que simultáneamente
estuviese empapada sabe Dios cómo de auténtico y líquido
oro
y sentir deseos de pronto después de infinitos años
de reír reír y a la vez todo lo
contrario
Giorgio Bassani (Italia)
Del libro Epitafio (Editorial Visor).
Traducido por Carlos Manzano
Publicado en http://www.lanacion.com.ar/1531422-me-preguntas-por-que-y-cuando
....soy de la rosa y la mar... soy el escaramujo
(Silvio Rodríguez)
viernes, diciembre 28, 2012
lunes, diciembre 24, 2012
un poema de Hayat Saif
Alguien existe
existe alguien más allá de esta inmediata existencia .
Tal vez El no se encuentre exactamente ante nuestra vista.
O quizás ni siquiera lejos.
Permaneciendo muy cerca
palpitando en las venas de la garganta
Es así como uno perdura viviendo en el corazón
en la profundidad del alma, desconocido para los otros
permanece fiel a su propia naturaleza.
Luz y sombra juegan continuamente
alrededor de la visión panorámica
Uno puede escuchar desde nuestro patio cristalino
el balanceo de los pájaros sobre las copas de los árboles
En lo profundo de esta atmósfera alguien vive
quizás muy lejos y sin embargo tan cerca
visitando nuestro aliento innumerables veces
alguien se encuentra al borde
de nuestra existencia cotidiana,
parece morar allí, desconocido para los otros,
y parece sentirse en casa.
Nuestro doble yo tras nuestra vida cotidiana
absolutamente distinto a esta vida, alguien permanece
encumbrado en las antípodas.
Aquel que vive más allá de la mirada
permanece bien vivo al alcance de nuestra vista.
Hayat Saif
(Bangladesh)
Publicado en http://hayatsaif.com/poems/poem_Someone_Exists.htmlTraducido del inglés por Myriam Rozenberg
martes, diciembre 18, 2012
un poema de Alda Merini
Invocación
No te vayas de esta región de amor
que es el corazón
y de esta veleidad de vida donde cada confín está sacio
de amoroso silencio y donde todo comienza el día
antes para andar a morir en el tormento. Hay
cosas que
tú no sabes que son dichas y calladas en el tiempo
cuchillos avaros de sí mismos, canciones inmemoriales
ciegos que vienen a mendigar hasta tu puerta aún
viéndonos bien y que piden ser recibidos
en nombre del mito de Edipo. De hecho esos
son ladrones son
ladrones que mendigan el amor para dejarlo luego afuera
de la puerta como un horrendo delito y Julio el
malhechor a entreabrir mi puerta y llevarme lejos
Cadmo y Armonía una pareja de benefactores la luz
que siempre ha entrado del convento de mi miedo
y aún la divina Aspacia del collar de oro macizo
y aún ciertas musas devota y aún ciertas cosas que
permanecen dentro de la pared de la canción que alza
sus frentes mejores. Entra y sal también tú de aquello que
yo no digo, hazme decir la historia del amor que
un día ha caído en el tiempo.
Alda Merini (Italia)
Del libro Clínica del Abandono (Editorial Bajo la Luna).
Traducido del italiano por Delfina Muschietti
No te vayas de esta región de amor
que es el corazón
y de esta veleidad de vida donde cada confín está sacio
de amoroso silencio y donde todo comienza el día
antes para andar a morir en el tormento. Hay
cosas que
tú no sabes que son dichas y calladas en el tiempo
cuchillos avaros de sí mismos, canciones inmemoriales
ciegos que vienen a mendigar hasta tu puerta aún
viéndonos bien y que piden ser recibidos
en nombre del mito de Edipo. De hecho esos
son ladrones son
ladrones que mendigan el amor para dejarlo luego afuera
de la puerta como un horrendo delito y Julio el
malhechor a entreabrir mi puerta y llevarme lejos
Cadmo y Armonía una pareja de benefactores la luz
que siempre ha entrado del convento de mi miedo
y aún la divina Aspacia del collar de oro macizo
y aún ciertas musas devota y aún ciertas cosas que
permanecen dentro de la pared de la canción que alza
sus frentes mejores. Entra y sal también tú de aquello que
yo no digo, hazme decir la historia del amor que
un día ha caído en el tiempo.
Alda Merini (Italia)
Del libro Clínica del Abandono (Editorial Bajo la Luna).
Traducido del italiano por Delfina Muschietti
sábado, diciembre 15, 2012
un poema de Margaret Atwood
El cantor de los búhos
El cantor de los búhos ha desaparecido en la oscuridad.
Una vez más, no había ganado el premio.
Así pasaba en el colegio.
Prefería las esquinas con luz tenue, donde camuflarse
con el pelo y las orejas de los otros,
y pensar en vocales largas y en el hambre,
y en la amargura de la nieve profunda.
Tal mal humor no atrae muchos destellos.
¿Qué me pasa?, preguntó a las sombras
-a esa hora, eran sombras de árboles-.
¿Por qué he malgastado el hilo de mi vida?
Me abrí a tus silencios.
Permití que la crueldad
y las plumas me poseyeran.
Me tragué los ratones.
Ahora, cuando llego al final, vacío
de palabras y sin aliento,
no me has ayudado.
Espera, dijo el búho sigilosamente.
Entre nosotros no hay premios.
Tú cantabas por necesidad,
como yo. Tú cantabas para mí
y para mi selva, mi luna, mi lago.
Nuestro canto es un canto nocturno.
Hay poca gente despierta.
Margaret Atwood (Canadá)
Del libro La puerta (Editorial Bruguera)
Traducción del inglés por María Pilar Somacarrera Iñigo
El cantor de los búhos ha desaparecido en la oscuridad.
Una vez más, no había ganado el premio.
Así pasaba en el colegio.
Prefería las esquinas con luz tenue, donde camuflarse
con el pelo y las orejas de los otros,
y pensar en vocales largas y en el hambre,
y en la amargura de la nieve profunda.
Tal mal humor no atrae muchos destellos.
¿Qué me pasa?, preguntó a las sombras
-a esa hora, eran sombras de árboles-.
¿Por qué he malgastado el hilo de mi vida?
Me abrí a tus silencios.
Permití que la crueldad
y las plumas me poseyeran.
Me tragué los ratones.
Ahora, cuando llego al final, vacío
de palabras y sin aliento,
no me has ayudado.
Espera, dijo el búho sigilosamente.
Entre nosotros no hay premios.
Tú cantabas por necesidad,
como yo. Tú cantabas para mí
y para mi selva, mi luna, mi lago.
Nuestro canto es un canto nocturno.
Hay poca gente despierta.
Margaret Atwood (Canadá)
Del libro La puerta (Editorial Bruguera)
Traducción del inglés por María Pilar Somacarrera Iñigo
domingo, diciembre 09, 2012
Kohelet (Eclesiastés) Capítulo 3.
Hay
una estación para cada cosa, un tiempo correcto para cada propósito debajo del
cielo:
y un tiempo para morir
Un
tiempo para plantar
y
un tiempo para cosechar
Un
tiempo para matar
y
un tiempo para sanar
Un
tiempo para llorar
y
un tiempo para reír
Un
tiempo para lamentar
y
un tiempo para danzar
Un
tiempo para tirar piedras
y
un tiempo para recogerlas
Un
tiempo para abrazar
y
un tiempo para contenerse
Un
tiempo para buscar
y un tiempo para perder
Un
tiempo para guardar
y
un tiempo para desechar
Un
tiempo para rasgar
y
un tiempo para coser
Un
tiempo para callar
y
un tiempo para hablar
Un
tiempo para amar
y
un tiempo para odiar
Un
tiempo para la guerra
y
un tiempo para la pazFragmento de Kohelet (Eclesiastés) Capítulo 3. La Biblia .
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