Te escribí una carta desde Viña que alcanzó tu mano
con la leyenda “estoy en Chile”
como si dijera “aquí a la vuelta”.
Mi rostro es para vos la forma de mis letras
y tus letras, ingeniero, tienen hálito de versos.
No conozco tu voz y sin embargo
me cuenta, en Alemania,
que estás bien, que la primavera
está por empezar
y que no te acostumbrás a tanta lluvia.
Para qué? Latinoamérica vivió entre vendavales
y ahora tanta humedad no es aventura.
(Cierta vez la voz le habló a mi madre
una noche sangrienta de la patria
y ofreció su casa en caso de emergencia).
Volverás a Concepción
y nada habremos hecho para sacarnos de la sombra.
Vos tu vida. Yo la mía.
Pero hace falta que conteste
las cartas que me llegan
en palabras negras y redondas
con aroma a amigo y cordillera.
con la leyenda “estoy en Chile”
como si dijera “aquí a la vuelta”.
Mi rostro es para vos la forma de mis letras
y tus letras, ingeniero, tienen hálito de versos.
No conozco tu voz y sin embargo
me cuenta, en Alemania,
que estás bien, que la primavera
está por empezar
y que no te acostumbrás a tanta lluvia.
Para qué? Latinoamérica vivió entre vendavales
y ahora tanta humedad no es aventura.
(Cierta vez la voz le habló a mi madre
una noche sangrienta de la patria
y ofreció su casa en caso de emergencia).
Volverás a Concepción
y nada habremos hecho para sacarnos de la sombra.
Vos tu vida. Yo la mía.
Pero hace falta que conteste
las cartas que me llegan
en palabras negras y redondas
con aroma a amigo y cordillera.
5 comentarios:
Quizas... es una suerte de insilio...
talvez..
Myriam
Un poema muy emotivo
Quizás de esa clase de cosas a las que uno no sabe qué responder exactamente...me conmoviste.
Un abrazo
esas cartas que tanto viajan.
Myriam...con que poco decís tanta cosa que se agolpa.
un besote!
tiempo que no venía. Me pongo al día. Un placer.
¡Que fuerza tiene la Palabra cuando se atrapa! ¡Mucho más cuando le damos alas!
Publicar un comentario