La mujer sueña culebras blancas:
atesora el veneno del deseo.
El calor le despoja el vientre
le exprime unas aguas cálidas
a través de sus íntimas ropas.
Nunca pensó que fuera tan fácil
estrecharse a las sábanas y gozar
imaginando que un barco la navega.
Esculpe la tela como si fuera barro
eva morena procreando a sus dioses.
Mujer atlántica mujer pacífica
Sus olas arrebatan todos los sentidos
Y aunque no acierta con sur ni norte
en su bitácora escribe poderosas letras
que salen de lo más profundo de las vísceras.
Esa mujer que se aferra a la cama
con la ilusión de que alguien
él
la ame
enlazado a su cuerpo que estalla jazmines
seguirá durmiendo tórrido espejismo.
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