Ya no soy pura.
Hace rato que dejé mi ingenuidad tirada junto a la ropa.
Quizás me quede de blancura esta mancha
que me marcaste en el vientre.
Siento una profunda pena de la niña que fui.
Ella ignoraba el calor que tienen los pechos
cuando se ama.
Sin embargo, en la incertidumbre de la noche oscura
también añoro la infancia que abandoné.
Porque en ese tiempo lejano
el amor no dolía.
para mi lector/a anónimo/a que me sugirió la página del ciclo La dichosa palabra a donde envié este poema improvisado.
2 comentarios:
Gracias.
notable, notable, notable...y un largo etc.
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