caminante
fue preciso que pararas esa noche
por el catarro que te produjo la tormenta
estampa breve alejada del ruido
de los cuerpos que se doblan
en los carros
mientras pasan a tu lado
hacia una desmedida lejanía
en la fonda
la señora simuló que no escuchaba tu pedido
té caliente dijiste
y sólo apareció por todo mandato
con una vela
tenías sed y la llama se consumió veloz
porque los muertos siempre necesitan
que se encienda una luz en su memoria
4 comentarios:
como siempre Myriam, mi admiración por tu poesía.
un beso!
laura
olá myriam, tudo bem?
Exelente!
un poema con marca registrada: MYRIAM ROSEMBERG!
BESOS
hORACIO
muy bueno
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