(Sin título - Marcia Díaz)
Es turquesa ¿no?
Te pregunté
porque quise estar segura
no olvidarme
que esa tarde siempre iba a ser turquesa
-hasta el color tiene una complejidad inabarcable-.
Me puse luego a trabajar en círculos
a crear más mundos
-no sólo el verbo sale de la boca-.
Después callé
porque me gusta escucharte contar
con esa inhalación
la historia de cómo
con esfuerzo
multiplicaste los panes y los peces.
Me diste el libro
y supe entonces que no hay persona
que no juegue de a ratos.
Partí en tanta beatitud
que tuve que entrar donde los mercaderes
para volver al tiempo.
La tarde me golpeó con su calor
y repetía:
voy a enseñarte.
Te pregunté
porque quise estar segura
no olvidarme
que esa tarde siempre iba a ser turquesa
-hasta el color tiene una complejidad inabarcable-.
Me puse luego a trabajar en círculos
a crear más mundos
-no sólo el verbo sale de la boca-.
Después callé
porque me gusta escucharte contar
con esa inhalación
la historia de cómo
con esfuerzo
multiplicaste los panes y los peces.
Me diste el libro
y supe entonces que no hay persona
que no juegue de a ratos.
Partí en tanta beatitud
que tuve que entrar donde los mercaderes
para volver al tiempo.
La tarde me golpeó con su calor
y repetía:
voy a enseñarte.
2 comentarios:
Me gustó, si señora.
(Tenía tu enlace en favoritos, probablamente algún día recalé por aquí)
Un saludo.
C.A. Makkkafu.
Makkkafu: podés pasar todas las veces que quieras. dejé un mensaje en tu poema " el rosario". saludos.
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