El Hombre
Primero que todo camella labura, guarda su salud, mientras prepara el combate de las igualdades remotas. Promiscuo, va de retro junto a ella (contra sonatas), abren los besos en un lugar sonoro.
A la sazón la desazón, entre pasiones, quejas, y el mal sueño. Se gasta
el presente, con astrolabios de mano ante el maestro astrofísico, o la lengua del origen que no dejan.
Así al descreste, los años dinámicos, el remolque del gallo de Esculapio
o el resucitado.
Y si toma whiskey, un hijo esquizoide que copia a Munch, de escasos lados como un globo. Arrastra los fardos, mecánico automotriz, clase media, pesado y ligero, escrito en la pared del cuarto. Pero comete la peor infracción para el elegido:
No lee y es apolítico.
Gabriel Jaime Caro (Gajaka) (Colombia)
Publicado en Viceversa Magazine
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