María
en esta tierra injuriada
que sin preguntas sorbe ávida
la sangre de sus hijos
bajo un cielo enfermo
vaciado de mercedes
mudo a plegaria o sacrificio
planea majestuosa la rapiña de Roma
no es miedo lo que vuelve mi paso vacilante
tristeza es
congoja sin medida
hay dentro de mí una música extraña
y obstinados alrededor
los ruidos que la piedad produce
cómo decir
necesito el amor que puedan darme
y todo su silencio
-
en esta infinuitud
la implacable armonía de tus hechos
se reveló noción de desmesura
a tus pies me confieso culpable de ignorancias
nadie me dijo que vendrías
sólo el desvelo de un pájaro
o el errar taciturno de mi esposo
inquietaron la estera de casada
y creció el nombre bendito para siempre
al amparo precario de estos brazos
años después la visión de muchos a tu espalda
me dejó la certeza de verte asesinado
y el imposible sueño de llamarte mi hijo
abre la noche luz que no se extingue
larga es la jornada hacia el tiempo del Hombre
Graciela Ester Zanini (Argentina)
Del libro " Del rey desnudo" (Editorial Sudamericana)
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