....soy de la rosa y la mar... soy el escaramujo
(Silvio Rodríguez)

sábado, marzo 16, 2024

Un poema de Antonio Requeni

Una piedra recogida en una playa de Creta


El don de la vida me ha sido concedido
para estar hoy aquí, para ver este mar
que vieron, como yo, otros húmedos ojos
hace mil, dos mil años,
y alzar entre mis dedos una pedira
devastada que trajeron las olas
como botín inútil arrancado a los siglos.
¿Qué es una piedra? Nada, nada más que una piedra
a la que le fue negada la gracia de vivir.
(Dichoso el árbol que es apenas sensitivo
y más la piedra dura porque esa ya no siente).

Nada siente esta piedra y sin embargo
estará cuando todos-tú, lector, yo, poeta-
no seamos siquiera la resaca
que la espuma abandona en las orillas.
Esta piedra en mi mano, resto fósil del tiempo,
no sostuvo una torre, no fue estatua o palacio,
no dio alegría para siempre, pero
quizás un día Ulises la llevó hasta sus ojos
y distraídamente la devolvió a las aguas
que oscurecieron su color de vino.
O tal vez una noche Kazantzakis
la pisó mientras iba leyendo en las estrellas
el ardiente mensaje que inspiró su epitafio.
Ella es muy poco entre mis dedos, sólo
superficie pulida, peso leve: una piedra;
pero en su inerte forma late, oscuro el enigma
de lo que pasa y lo que permanece.




Antonio Requeni ( Argentina)
Publicado en Revista Ñ. 28 (2006)


Nota: El verso " Dichoso el árbol que es apenas sensitivo/ y más la piedra dura porque esa ya no siente" pertenece al poema "Lo fatal" de Rubén Darío.

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