....soy de la rosa y la mar... soy el escaramujo
(Silvio Rodríguez)

viernes, junio 30, 2017

un poema de Ana V. Lovell


Filiaciones

Allá hubo un jardín
donde froilan te enseñaba
la nostalgia de la imagen
fija imagen de la liebre
de los escondidos huevos de las pascuas
como podríamos entendernos 
si entre caballetes    loros gimnastas
nísperos   óleos
te dejabas transcurrir.

A dónde regresa, ¿quién?
cuál la exacta distancia
entre tu útero, el mío
cómo reconocernos.

La lejana está grabada en la placenta 
que arrojaron cuando nací.


Ana V. Lovell ( Argentina)
Publicado en el libro "Jardines cerrados al público" (Editorial de la Universidad Nacional de Rosario)

lunes, junio 26, 2017

un poema de Miroslav Kirin

Nunca le pasaría a los indios

El césped-todavía húmedo desde la lluvia de la tarde. Cada pequeña brizna de hierba devuelve con persistencia las gotas al cielo.
Habiendo escuchado sutilmente este diálogo inofensivo, fracasamos en advertir el ocaso-inmediatamente estuvo allí, entre dos tazas de té.
Las nubes se despejaron y yo te invité a salir y mirar las estrellas conmigo.
Poco sabemos sobre ellas pero eso no va a reducir el placer de observarlas.
Luego continuamos bebiendo té en el porche.
En el suelo- como una billetera vacía, una rana aplastada. Parece que la traje en la suela pegajosa de mi sandalia. No escuché nada (como si la muerte de una vida debiera ser audible).
Nunca le pasaría a los indios, dices, ellos caminan descalzos por respeto a los seres diminutos.
No caminaré el jardín nocturno nuevamente, decido.
Por qué no escribir un poema sobre esto, agregas habiendo terminado de leer
una colección de poesía china antigua,
Pero el punto es, cómo escribir un poema sobre una rana aplastada
por respeto a los poetas chinos?

Miroslav Kirin (Croacia)
Traducido al inglés por el propio autor
Traducido al español por Myriam Rozenberg


jueves, junio 22, 2017

un poema de Humberto Costantini

Eli Eli, lama Sabactani


Adonái, mi Dios,
Dios de los manteles de lino,
y de las primicias.

Dios de las hierbas amargas,
del apio de la lechuga y el " jaroset".

Dios de las palabras inmutables,
y de los gestos inmutables,
de las creencias y de un modo de vida
también perfectos e inmutables.

Dios de los sombreros de fieltro y del "talet",
ley de la" matzá" de los candelabros y de la fina vajilla.

Dios del primero, y del segundo,
y del tercero, y del cuarto vaso de vino
durante la primera y la segunda noche de Pesaj.

Dios de las dulces madres atareadas y prolíficas,
de los graves padres patriarcales,
y de las buenas sirvientas siempre recordadas.

Dios del "lessico familiare"
intransferible y exacto
como una antigua cómoda de roble;
de las palabras "jamor", "goiá", " quinim",
de "Questo e il pane dell' aflizione
che mangiarono i nostri padri
nella tierra d' Egitto:
chi ha fame venga e mangi..."

Adonái de Turín
Adonái del "signor professore
e della signora profesoressa de latino".

Adonái, Adonái
de los Treves, y de los Foa, y de Ghirón,
y de los Sacerdote, y de los Levi, y de los Segre,
y de los Clava, y de los Lattes,
y de las librerías,
y de los claustros,
y de las acreditadas casas de comercio,
y de la antigua sinagoga,
y de la nueva sinagoga,
y de los higos, y de las uvas,
y de las castañas asadas,
y del patriotismo,
de Cavour, y del Brofferio,
pero también, ¿por qué no?, de la Regina Margherita,
y de los nombres Regina, Margherita,
Ida, Zoe, Eugenia, Pina...

Dios de irreprochable solvencia,
burgués y culto,
que mis civiles abuelos
civilizaron con sus buenos modales,
despojándolo
de la antigua locura del desierto,
de su fanatismo,
de sus celos,
de sus terribles caprichos,
y de su plebeyo vozarrón de trueno.

Adonái, Adonái,
"Re dell 'universo,
creatore del fruto della vite".
"Clementissimo Iddio",
bendecidor de las mesas,
y de las camas,
de las hermosas bibliotecas,
y de los viajes de negocios.

Benevolente, itálico Adonái,
tío lejano,
viejo pariente en fotos amarillas,
te ruego me perdones la demora
en contestar tu amable carta,
pero debo decirte:
estoy en Buenos Aires, en América,
tengo que hacer el mundo cinco días,
no tengo tiempo,
pienso que podría afectarte el corazón
esta enorme locura,
por lo tanto es mejor que te quedes en Turín,
que te quedes
a principio de siglo,
abrigado y en paz,
y que me dejes
inventándolo todo del principio.
Te saluda, y a veces te recuerda
con pavota nostalgia:
tu sobrino.


Humberto Costantini ( Argentina)
Publicado en el libro "Poesía y teatro: Obra completa". (Ediciones ryr)

domingo, junio 18, 2017

un poema de Sonia Chocrón

Purísima
(Kashrut)


Dore la cebolla avive el sueño
prepare la cena de su hombre hambriento
supure la sangre y remoje la carne
en el agua que limpia la impureza
de los cuerpos rancios y sus moscas
agregue dos flores y sírvase entera
desnuda y sudada
esa cama blanca inocua
toda es sal
La Buena Hora
De todos modos iré sola
cuando llegue la buena hora de aniquilar
la atadura que aprisiona mi cuerpo
No soy libre y sé que es irreal
la sensación inasible que irradia la apariencia de mi forma

ahora que se me cautiva
Ciertamente sabré del espejo
las canas y arrugas
y a pesar de que sean vacuos indicios
de carroña en cautiverio
señales del ave minutos después de la caza
entenderé que la muerte llega
de muchas formas irresolutas


Sonia Chocrón (Venezuela)
Publicado en el libro Literatura Judía Latinoamericana Contemporánea: una Antología
de Northeastern University
Stephen A. Sadow (Editor)

miércoles, junio 14, 2017

dos poemas de Alejandro Tarrab

la familia (recuerdo XV-VIII-XXV)

la familia se congrega
tiende su delgado hilo negro
hacia una extensión que desconoce
la sangre y la imagen que estaba en la sangre señor

conviene retirarse delicadamente
del recuerdo- árbol
el tallit con sus cinco nudos en cada uno de los ocho filamentos


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familia (recuerdo VII-VII-LXXXVIII)

congrega alrededor de la sangre
sangre vertida señor como un todo

congrega al interior de la nave
—el oratorio o la página
que es también el cuerpo rotundo
inmóvil—

antes ya las mujeres habían preparado café
pasando los granos por el molino
arremangadas ante el fuego- aire
un incendio pequeño de palabras

(salvo excepciones naturales
ellas no aparecen en la imagen
aunque están bien representadas
por los faldones por la nave
que es el vientre)

la familia se congrega
tiende su delgado hilo negro
hacia una extensión que desconoce
la sangre y la imagen que estaba en la sangre señor

conviene retirarse delicadamente
del recuerdo- árbol
el tallit con sus cinco nudos en cada uno de los ocho filamentos



Alejandro Tarrab ( México)
De su libro "Litane" (Bonobos Editores)

sábado, junio 10, 2017

un poema de Ela Cuavas

Cartas de Mandela desde la Isla de Robben

I

Esta noche he recordado los días de mi infancia.

Fueron días felices los días en Qunu; la brisa que jugaba en la copa de los árboles acariciaba mi cara y yo empezaba a soñar: una gran fiesta tenía lugar en la pradera, todo cobraba vida en ese momento, las piedras y el agua cantaban con esa melodía triste que caracteriza a los negros de África.

Cuando despertaba, todas mis ovejas habían escapado, yo corría tras ellas con toda la fuerza que me permitían mis cinco años.

Antes de la llegada del hombre blanco, todos los hombres eran libres.

II

La rutina en Robben empieza a las cinco y treinta; parece un desfile de muertos la caminata hasta el comedor; después del desayuno salimos al patio a trabajar; la piedra de hoy es mucho más grande que la de ayer, la palpo suavemente y le hablo en silencio. Cuando el sol se quiera ocultar, esta dura piedra será polvo.

El corazón de algunos hombres es duro como la piedra.

¿Cuánto tiempo más me espera aquí? No lo sé. Será hasta que la piedra escuche mi voz y se desmorone sin golpes.



III

Cuánto angustia al corazón del hombre no poder besar los labios que ama y que también lo desean. Ese día de tu visita Winnie, me sentí más impotente que un pájaro de hielo.

El cuerpo de un hombre puede ser amordazado, humillado, vendido hasta la usura, pero sus ideas y sus deseos quedarán intactos. Si muero en esta celda, mis palabras florecerán en otros labios.

Ahora estoy dispuesto a morir.


Ela Cuavas (Colombia)
Publicado en http://circulodepoesia.com/2015/11/nuevas-poetas-colombianas/

martes, junio 06, 2017

un poema de Karl Shapiro

Diario de viaje para exilios


Mira y recuerda. Mira sobre este cielo;
Mira profundo y profundo dentro del aire limpio del mar
La inmensidad, la última estación de la plegaria.
Habla ahora y habla dentro de la bóveda sagrada
Qué escuchas? Cuál es la respuesta del cielo?
Los cielos han sido ocupados: éste no es tu hogar.

Mira y recuerda. Mira sobre este mar;
Mira para abajo y abajo dentro de la marea incansable.
Qué hay sobre la vida abajo, la vida adentro,
Una tumba, una cuna en la encrespada espuma?
Las olas ascienden; el viento del mar y el mar se ponen de acuerdo
Las aguas han sido ocupadas: éste no es tu hogar

Mira y recuerda. Mira sobre esta tierra,
Lejos, lejos a través de las fábricas y el césped.
Seguramente, allí, seguramente te dejarán pasar.
Habla entonces y pregúntale al bosque y al suelo.
Qué escuchas? Qué decreta la tierra?
La tierra ha sido ocupada: éste no es tu hogar.


Karl Shapiro (Estados Unidos)

Traducido del inglés por Myriam Rozenberg

viernes, junio 02, 2017

Un poema de Gabriel Jaime Caro (GajaKa)

El Hombre

Primero que todo camella labura, guarda su salud, mientras prepara el combate de las igualdades remotas. Promiscuo, va de retro junto a ella (contra sonatas), abren los besos en un lugar sonoro.

A la sazón la desazón, entre pasiones, quejas, y el mal sueño. Se gasta
el presente, con astrolabios de mano ante el maestro astrofísico, o la lengua del origen que no dejan.

Así al descreste, los años dinámicos, el remolque del gallo de Esculapio
o el resucitado.

Y si toma whiskey, un hijo esquizoide que copia a Munch, de escasos lados como un globo. Arrastra los fardos, mecánico automotriz, clase media, pesado y ligero, escrito en la pared del cuarto. Pero comete la peor infracción para el elegido:

No lee y es apolítico.

Gabriel Jaime Caro (Gajaka) (Colombia)
Publicado en Viceversa Magazine