....soy de la rosa y la mar... soy el escaramujo
(Silvio Rodríguez)
Mostrando las entradas con la etiqueta Costa Rica. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Costa Rica. Mostrar todas las entradas

lunes, julio 03, 2023

Un poema de Joaquín Soto

Kenmore Pérez


Se llamaba Margarita
y deshojó su nombre con desprecio
para llamarse Kenmore
como las refrigeradoras de la Sears.
Tenía siete niños de padres diferentes,
a cada hombre que sedujo le dio un hijo
con la intención de retenerlo
o conseguir una pensión.
Al hijo mayor le puso Texas,
al siguiente, Mc Gregor como las camisas
Ingrid, Katty, Liz y Lesly, son las niñas.
Y al más chiquitín le puso Pops.
Mas Kenmore Pérez
no es culpable de semejante cursilería.
Ella intenta sobrevivir
de la manera más elegante.


Joaquín Soto (Costa Rica)
Publicado en Revista Comunicación. Volumen 23, año 35, núm. 2, julio-diciembre, 2014 (pp. 47-59)

martes, agosto 13, 2013

un poema de Isaac Felipe Azofeifa


XL

 

Esa imagen inmóvil mientras mueves
hilo y aguja tan acompasada
-mente
se compone y ordena sobre el rayo
que la tarde te envía.
El sol es un carrete dándote hilos.
En su espuma dorada te reclinas
y piensas
un tranquilo pensar mientras descansas.

La tarde mientras tanto cae y apaga
su débil fuego,
y tu imagen se queda para siempre,
-con la espuma dorada que te envuelve,-
inmóvil, mientras
hilo y aguja cosen sueño y sueño
para la bandera
del grato amor sereno que han fundado
hilo y aguja y sol y tú, esta tarde.

 
Isaac Felipe Azofeifa (Costa Rica)
Publicado en Cien poemas de amor (Editorial Universidad Estatal a distancia)

 

lunes, septiembre 05, 2011

un poema de Julieta Dobles

La casa cerrada

La casa de mi madre sigue allí, en pie,
extrañamente en pie, como el tronco de un árbol
ya vacío a ras de la tormenta.
Pero nada se mueve en ella.
Nada bulle detrás de las paredes agobiadas,
nada pulsa, excepto el desamparo
que busca ansiosamente viejos ecos
en los amplios zaguanes,
donde el silencio anida como pájaro roto,
más penoso aún después de tanta música.
El reino de la ausencia:
esta es la verdadera ventana de la muerte,
que cristaliza todo lo vivido
en una urna imposible a los retornos.
Camino por las habitaciones
desiertas como espejos
que ya nada reflejan.
Con los muebles ausentes se marcharon
lo poco que quedaba de tu aura, madre,
y de nuestra presencia de infancias tan vividas
que su hálito terrestre
perfumaba aún mosaicos y rincones.
Quiero creer que tu saludo
desde la muerte fue veraz.
Que el sueño de las niñas
viéndote entrar de nuevo
con tu sonrisa de flor antigua
a la casa que nos vivió por medio siglo
fue un mensaje certero
para mi duelo sin respuestas.
Pero no hay resonancia en mi congoja.

La materia es tan sorda,
mi llanto tan espeso y tan urgente
que tan solo me queda este poema
donde converso a solas con la ausencia,
frente a aquel patio nuestro,
donde los árboles ancianos
sembrados por la mano paterna
-¿los recuerdas en su cortina de abandonos?-
se nos mueren también.

Julieta Dobles (Costa Rica)
Publicado en http://www.artepoetica.net/Julieta_Dobles.pdf