....soy de la rosa y la mar... soy el escaramujo
(Silvio Rodríguez)

viernes, noviembre 24, 2017

un poema de Chongju So

El señor Kim Chongap, vendedor de verduras

El señor Kim, que lleva verduras en su camioneta vieja,
Aunque cojea, vive por el orgullo de poder educar a su hijo
en una universidad prestigiosa.
Desde la primavera hasta el otoño
vende verduras en mi barrio de Namjion en Seúl
y durante el invierno se va a su pueblo natal de Sonsan,
en la provincia del Norte de Kyongsang,
para pasar una temporada sustentándose con batatas cocidas.
Preparado el kimchi con col china que me vendió en el otoño tardío,
mis parientes que lo prueban en la primavera
se entusiasman diciendo:
"Nunca había probado un kimchi tan fresco cómo éste en abril".
Pienso, pues, aunque el ex presidente Park Chongji y su asesino King Chegyu son del mismo pueblo de Sonsan,
el señor Kim Chongap es superior a ellos.


Chongju So (Corea).
Publicado en el libro "Poemas de un niño vagabundo de ochenta años y otros poemas escogidos"(Editorial Verbum).
Traducido del coreano por Kim Hyun Chang

jueves, noviembre 02, 2017

un poema de Alfonso Gumucio Dagron


Horizonte

He cambiado de piel tres veces
Me ha costado darle la vuelta al mundo
Para llegar al punto de partida
Mis piernas me sostienen mejor
Tengo una cicatriz en el pecho
Más bien una costura, un bolsillo roto
Acceso directo al corazón

Estoy de regreso de mí mismo
Noches enteras buscando una estrella fugaz
Que me conceda un deseo
Nada extravagante
Tan sólo la habilidad de reconocer
La verdad de la mentira

Es otoño aún y los días son largos
La luz se recuesta cálida sobre la montaña
Quiero decir que el horizonte se distingue
¿El horizonte es una línea firme?
¿Es una pintura mural que cambia cada día
Movida por tempestades de color?
¿Hay un atajo para llegar al horizonte?

Quizás sirva de algo haber adquirido
Una cicatriz en el pecho
Una costura de piel y nervio
Una entrada directa al corazón.


Alfonso Gumucio Dagron (Bolivia)
Publicado en Bolivia web

martes, octubre 10, 2017

un poema de Lucy Fabiola Tello

La casa

Imperceptiblemente
Sin que humanos ojos lo vieran
El sarcoma avanzó por las paredes
Y se enseñoreó en muros y techos .
No hubo testigos de la ruina,
El bullicio y el esplendor se fueron
En el silencio nada queda de lo que fue el afán.
Un día hubo en que postreros pasos salieron
Cerrando para siempre la puerta.
El polvo, amo de las cosas, cubrió la última huella.
Ajenos a la casa los transeúntes pasan,
Ajenos los hierbajos y los animalillos
Que conquistan su espacio entre la devastación.
La ciega vida ignora
En su pulsión y fuerza lo que aquí sucedió.

Lucy Fabiola Tello (Colombia)
Publicado en su libro Poemas (Editorial Universidad del Valle)

lunes, octubre 02, 2017

un poema de Emily Fragos

Rehén

                                               para W.S. Merwin

Dios está en los perros
ese que se mueve en círculos, ese
lleno de costras, aquel que lleva collar
que observa y observa
y a pesar de todo trata de olfatear la tierra y la hierba
en el desamparo y el silencio torrencial
flaquearon mis piernas, se calentaron mis ojos de vidrio
y nos fue dado
que incluso dormidos
nos volvamos, lloremos, recitemos a gritos: “la ciudad ha sido conquistada y el pequeño rey
tendrá que marcharse,” dementes e inalcanzables
aún seguimos así


Emily Fragos (Estados Unidos)
Traducido por Natalia Carbajosa

Publicado en www.poetryny.com


sábado, septiembre 16, 2017

un poema de Lucía Etxebarría

Salmo 

Estos eran los nombrados de la congregación, 
príncipes de las tribus de sus padres

Si una parte de mí no respetara su silencio, tu silencio de paredes blancas, lo incognoscible, lo innombrable 

Dijo hágase la luz y la luz se hizo, pues no existía antes de nombrarla

Si una parte de mí no respetara su silencio, tu silencio, recinto inexpugnable donde halla su espacio la palabra

Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros

Si una parte de mí no le temiese al tiempo, doliente rueda de lenguajes siempre repetidos, si una parte de mí y no ansiara engañarle, escapar este mortal dolor de retroceso

No pronunciaras su nombre en vano 

Si una parte de mí en esta solitaria hora en la que nada se dice no se mordiera los labios para evitar nombrarte y encerrarte 

El discurso no puede nombrar la forma y la vitalidad del silencio 

Si una parte de mí no se escondiera como una fiera herida, agazapada, que se lame la sangre del costado, si una parte de mí no se escondiera

El cielo y la tierra pasarán, pero no las palabras 

Si una parte de mi qué triunfal desafío, no negara el arriendo de mi alma y de la tuya, sí una parte de mí no rechazara este vulgar comercio de lealtades

Pues siempre es mejor callar lo que no se puede decir

Si una parte de mí no aferrara el silencio, lo incognoscible, lo inalcanzable, si una parte de mí no despidiera al inasible nombre de las cosas

No​ perecerá por fuego ni por agua, sino por silencio

Si una parte de mí no deseara conocer la esencia anterior y primordial, la gracia pura que existía sólo cuando no había sido designada. Si una parte de esta salmodia recitada no incluyera las pausas, el silencio 

Si una parte de mí no se callara para poder cantarte 


Lucía Etxebarría​ (España)
Del libro "Estación de infierno". Editorial Lumen

sábado, septiembre 02, 2017

un poema de Hebert Abimorad

                                                              (Foto de Julio Cortázar por Ulla Montán)


Julio y el gato

conversación con una foto de Ulla Montán

No se quién consolaba a quién
en esas noches no húmedas de París 
cuando la enfermedad 
te consumía
tal vez era tu Maga que se había reencarnado en gato
para tenerte cerca para siempre
con tu ceño fruncido
tus cejas espesas
peinado hacia atrás
con pelos que se escapan
atraídos por la aureola de tu cabeza
mientras tus ojos abandonados
miran la cámara
observando al que será tu próximo admirador.
El gato con el pescuezo erguido
gracias a tu mano
tienen clavados sus ojos en el futuro
mientras para vos
el objetivo de la cámara
te guía hacia la eternidad.
Tu mano garra sostiene
al gato y lo acaricia.

Hebert Abimorad (Uruguay)
Publicado en el libro "Nuevos poemas frugálicos y otros textos heterónimos"
(Librería Linardi y Risso).

domingo, agosto 20, 2017

un poema de Gabriel Chávez Casazola

Vuelo nocturno / Arte poética 2

El eje del mundo se ha movido hoy diez centímetros
a la izquierda o a la derecha quién lo sabe
pero los poetas esta noche andan revueltos
y se descalzan
y entran al río
y se ponen
a atrapar
el resplandor
de las estrellas
a atraparlas
con las manos
en el agua
Esto último es, me temo, lo que hacemos siempre los poetas:
tratar de atrapar estrellas, o apenas el resplandor de
las estrellas, en el agua de los días

Gabriel Chávez Casazola (Bolivia)
Publicado en el trabajo "Estrella en el agua: Poesía boliviana de un siglo nuevo" en APORTES de la Comunicación y la Cultura. Volumen 17 N° 1 - junio 2014

lunes, agosto 14, 2017

un poema de José Antonio Funes

Bajo una verde sombra
 
Mira padre esos bananales
sombra de tu sombra asalariada
de tu vida vaciada en un silencio verde.
 
Míralos bien
ahora que tus años llegan sigilosos
y se instalan en ese dolor de espalda
ahora que tus sueños se escapan
como el agua dorada que persiguen los pájaros.
 
Padre
después de tantas luchas
y tantos soles manchados de sangre
no hay luz que cruce por tus ojos y no se doble
no hay tesoro que quepa
en la dignidad de tu sombrero.


José Antonio Funes (Honduras)
Publicado en el blog https://rafavalrios.blogspot.com.ar/2015/02/poesia-hondurena-articulo-revista.html

domingo, agosto 06, 2017

un poema de Daniel Muxica

Enjambre de sobrinos

El diablo o Dios los da, según tradición,
y veloces se mueven
saltando el jardín por los tapiales
hacia las casas vecinas donde se confunden
con sus amigos del barrio

o del barro

rara dispersión de un movimiento
que, en tanto uniforme,
los divide según el nombre del juego
y el género sexual

entonces todo se altera para el niño en forma y número
y la cantidad de alteraciones lúdicas
no pueden adquirirse dos veces de manera indivisible 

en lo inmediato un vecino sale a la vereda y grita
pidiendo que hagan silencio a la hora de la siesta.


Daniel Muxica(Argentina)
Del libro "el niño, ensayo de familia". Editorial Bajo la luna.

miércoles, agosto 02, 2017

un poema de Luis Benítez

Una garza en Buenos Aires

Algún pincel trazó una rápida letra s delgada y blanca
sobre el agua castaña y allí estaba 
de improviso la garza,
los turistas no la vieron
y ella sí vio todo y a todos , rápida
e inmóvil sobre el milagro del agua. 
Un espejo en medio de la ciudad
negligente, pintado de transparente,
un ojal abierto que abrochó en un solo momento
toda la ropa vestida por el invierno.
Ella seguía la orilla fatal de su propio Amazonas,
la pata desdeñosa replegada contra el cuerpo, en un decir mi equilibrio está hecho
de una perenne silueta 
de una manera perenne que no los reconoce.
Era un arpón paciente atento sólo al cálculo
entre el berrido juguetón de los patos domésticos,
solamente ella precisa como una diminuta guadaña
en el Jardín Japonés que afable exponía sus gracias,
con esa serenidad oriental que nada sabe
de los bruscos asesinatos de una garza con hambre.
Todos se fueron pero de modo igual yo no vi nada: 
faltó un segundo entre las cosas, creí; 
un instante en el instante siguiente
fue sanguinariamente salteado,
pero cuando la garza voló 
otra vida que la suya en el estanque faltaba.

Luis Benítez ( Argentina)
Publicado en el libro "Breve antología poética". (Ittakus, sociedad para la información, S.L.)

lunes, julio 24, 2017

un poema de Kenzi Miyazawa

                                               (Bosque de pinos- Gustav Klimt)


No sucumbir a la lluvia


No sucumbir a la lluvia
No sucumbir al viento
No sucumbir a la nieve ni al calor del estío
Tener un cuerpo firme y sano
sin avaricia ni codicia
Sonreír siempre tranquilo
Nunca tener ira
Comer cuatro tazas de arroz al día
y un poco de pasta de soya y legumbres
No contar conmigo mismo
en ninguna ocasión
Observar atentamente y comprender
Además, no olvidar
A la sombra de una arboleda de pinos en el campo
vivir en una choza de cañas
Si al este hay un niño enfermo
ir a cuidarlo
Si al oeste hay una madre fatigada
ayudarle cargando las gavillas de arroz
Si al sur hay una persona moribunda
decirle que no tenga miedo
Si al norte hay pendencias y acusaciones
decirles que cesen de hacerlo porque no es interesante
Si se presenta la sequía tener lágrimas en los ojos
y caminar perplejo y preocupado bajo el verano frío
Ser llamado ‘títere imbécil’ por la gente
sin nunca ser alabado
ni molesto
Un hombre así
quisiera ser
Yo.


Kenzi Miyazawa (Japón)
Traducido por Atsuko Tanabe
Publicado en el libro " Antología de la Poesía moderna del Japón (1868-1945)" (Universidad Nacional Autónoma de México)

jueves, julio 20, 2017

un poema de Yara Liceaga-Rojas

el trébol que no sabía que tenía la cuarta hoja llena de hormigas bravas


esta historia comienza destruida,
empieza luciendo el polvo
como una capa fabulosa de vaticinador televisado.
se abrocha los pantalones mientras le miro
en mi absurda pose de: ajá, sí, cuéntame.

el texto
como dice que mi maquillaje le destroza su capacidad
de rendirse ante el panorama aguacerado en que se sumió el día,
me lee un poema de leopoldo panero.
lloro profusamente.
cuento las gotas que caen al balcón.
el gato sonríe. yo pienso que lo hace.
nos miramos con tono decaído.

el gato sonríe una vez más.


Yara Liceaga-Rojas ( Puerto Rico)
Publicado en "Punto de partida", Número 179, mayo-junio 2013.
Revista de la Dirección de Literatura de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México

miércoles, julio 12, 2017

un poema de Ana Enriqueta Terán

Hemos comido


Mujeres que tejen, tejedoras del buen día
que lamen hebra azul, que zurcen sedas, escasez de tiempo
sedas de naciones cubriendo caras en fuga, espacios en fuga.
Pero comida sí, mucha buena comida. Hemos comido.
Yo y los perros. Nosotros y los perros. Siempre los perros.
Girasoles en señal de duelo. Pura destreza. Puro estrago.
Quién despluma el ave, quién la atraviesa
con espinas de naranjo y cuece luego para todos.

Ana Enriqueta Terán (Venezuela)
Publicado en el libro "Poetas venezolanos" (Editorial Universidad  Autónoma Nueva León)

sábado, julio 08, 2017

un poema de Sergio Mondragón

Después de un poema de Hector Yánover
                                                                                    a Elías, profeta


yo no sé cantar pero sí sé que tienes que llegar
sé que eres el huésped más esperado y que estás a la vuelta de la esquina
a un paso del ojiva de mis actos
sé también que debo tener los fuegos encendidos para cuando llegues
subirán entonces los inciensos por los corredores de la cabeza
y el rocío blanco ritmará a la puerta de mi casa
a ti te han anunciado todas las voces y todos los veleros
cada noche te canta y cada día estalla por tu sol
yo no sé cantar pero los reflejos de tu barba polar me han acuchillado
cada segundo de mi corazón me toca el amor de tus palomas
y ofrendo por eso mis deseos y promesas de ciervo desterrado
y mis suspiros que laten en la boca de las piedras

pero aunque no sé cantar sí sé que debo retomar los cabellos de maíz
de mi larga costumbre de vivir enamorado,
arrancar el furioso ladrido de las bestias
y entregar las cisternas de mis ojos a la inundación de las mareas
para poder zambullirme algún día en el alumbre de tu capa
para dialogar con el ave surcadora de savias
con el ave que canta en tu espalda de adán regocijado

¡poder respirar la manzana auroral en el ojo de la Tierra!



Sergio Mondragón (México)
Publicado en el iibro Poesía y libertad (Editorial Fundación Ross)

martes, julio 04, 2017

un poema de Haim Vitali Sadacca

No puedo ser un pintor

Si no arivo a pintar todo lo ke yo veo,
Komo puedre ser un pintor komo lo dezeo?
Kuando briya una lagrima en kara palida
Mi pena se esta gravando por toda la vida.
Si oygo suspiros de alguno en dezespero
Yo abatido, mis ojos nuvlados sin kererlo.
Kon ke kolores puedo mis sentimientos pintarlos?
Kon ke kayentura arivare a ekspresarlos?
Estos sentidos no los puedo mostrar kon kolores,
Los dramos, los amores, l’humanismo i dolores....
Komo se pintan las bozes de los yoros tanlargos?
I la tivyeza ke ay en sus sonidos amargos?
Nasi un hombre flako en este lindo arte,
Ken puedra d’esta ovrade arte una parte darte?
Por esto ahora kedi leshos de la pintura
Me kontento de kontamplar los sielos i natura.
Las satisfaksyones las topo en mis poesias,
Ago sentir gritos mudos de dolor en siertos dias.
Ay korazones ke toman lisyones meresidas,
I enkontran las humanidades desaparesidas



Haim Vitali Sadacca (Canadá)
Escrito en idioma ladino.
Publicado en Soy Sefardi

viernes, junio 30, 2017

un poema de Ana V. Lovell


Filiaciones

Allá hubo un jardín
donde froilan te enseñaba
la nostalgia de la imagen
fija imagen de la liebre
de los escondidos huevos de las pascuas
como podríamos entendernos 
si entre caballetes    loros gimnastas
nísperos   óleos
te dejabas transcurrir.

A dónde regresa, ¿quién?
cuál la exacta distancia
entre tu útero, el mío
cómo reconocernos.

La lejana está grabada en la placenta 
que arrojaron cuando nací.


Ana V. Lovell ( Argentina)
Publicado en el libro "Jardines cerrados al público" (Editorial de la Universidad Nacional de Rosario)

lunes, junio 26, 2017

un poema de Miroslav Kirin

Nunca le pasaría a los indios

El césped-todavía húmedo desde la lluvia de la tarde. Cada pequeña brizna de hierba devuelve con persistencia las gotas al cielo.
Habiendo escuchado sutilmente este diálogo inofensivo, fracasamos en advertir el ocaso-inmediatamente estuvo allí, entre dos tazas de té.
Las nubes se despejaron y yo te invité a salir y mirar las estrellas conmigo.
Poco sabemos sobre ellas pero eso no va a reducir el placer de observarlas.
Luego continuamos bebiendo té en el porche.
En el suelo- como una billetera vacía, una rana aplastada. Parece que la traje en la suela pegajosa de mi sandalia. No escuché nada (como si la muerte de una vida debiera ser audible).
Nunca le pasaría a los indios, dices, ellos caminan descalzos por respeto a los seres diminutos.
No caminaré el jardín nocturno nuevamente, decido.
Por qué no escribir un poema sobre esto, agregas habiendo terminado de leer
una colección de poesía china antigua,
Pero el punto es, cómo escribir un poema sobre una rana aplastada
por respeto a los poetas chinos?

Miroslav Kirin (Croacia)
Traducido al inglés por el propio autor
Traducido al español por Myriam Rozenberg


jueves, junio 22, 2017

un poema de Humberto Costantini

Eli Eli, lama Sabactani


Adonái, mi Dios,
Dios de los manteles de lino,
y de las primicias.

Dios de las hierbas amargas,
del apio de la lechuga y el " jaroset".

Dios de las palabras inmutables,
y de los gestos inmutables,
de las creencias y de un modo de vida
también perfectos e inmutables.

Dios de los sombreros de fieltro y del "talet",
ley de la" matzá" de los candelabros y de la fina vajilla.

Dios del primero, y del segundo,
y del tercero, y del cuarto vaso de vino
durante la primera y la segunda noche de Pesaj.

Dios de las dulces madres atareadas y prolíficas,
de los graves padres patriarcales,
y de las buenas sirvientas siempre recordadas.

Dios del "lessico familiare"
intransferible y exacto
como una antigua cómoda de roble;
de las palabras "jamor", "goiá", " quinim",
de "Questo e il pane dell' aflizione
che mangiarono i nostri padri
nella tierra d' Egitto:
chi ha fame venga e mangi..."

Adonái de Turín
Adonái del "signor professore
e della signora profesoressa de latino".

Adonái, Adonái
de los Treves, y de los Foa, y de Ghirón,
y de los Sacerdote, y de los Levi, y de los Segre,
y de los Clava, y de los Lattes,
y de las librerías,
y de los claustros,
y de las acreditadas casas de comercio,
y de la antigua sinagoga,
y de la nueva sinagoga,
y de los higos, y de las uvas,
y de las castañas asadas,
y del patriotismo,
de Cavour, y del Brofferio,
pero también, ¿por qué no?, de la Regina Margherita,
y de los nombres Regina, Margherita,
Ida, Zoe, Eugenia, Pina...

Dios de irreprochable solvencia,
burgués y culto,
que mis civiles abuelos
civilizaron con sus buenos modales,
despojándolo
de la antigua locura del desierto,
de su fanatismo,
de sus celos,
de sus terribles caprichos,
y de su plebeyo vozarrón de trueno.

Adonái, Adonái,
"Re dell 'universo,
creatore del fruto della vite".
"Clementissimo Iddio",
bendecidor de las mesas,
y de las camas,
de las hermosas bibliotecas,
y de los viajes de negocios.

Benevolente, itálico Adonái,
tío lejano,
viejo pariente en fotos amarillas,
te ruego me perdones la demora
en contestar tu amable carta,
pero debo decirte:
estoy en Buenos Aires, en América,
tengo que hacer el mundo cinco días,
no tengo tiempo,
pienso que podría afectarte el corazón
esta enorme locura,
por lo tanto es mejor que te quedes en Turín,
que te quedes
a principio de siglo,
abrigado y en paz,
y que me dejes
inventándolo todo del principio.
Te saluda, y a veces te recuerda
con pavota nostalgia:
tu sobrino.


Humberto Costantini ( Argentina)
Publicado en el libro "Poesía y teatro: Obra completa". (Ediciones ryr)

domingo, junio 18, 2017

un poema de Sonia Chocrón

Purísima
(Kashrut)


Dore la cebolla avive el sueño
prepare la cena de su hombre hambriento
supure la sangre y remoje la carne
en el agua que limpia la impureza
de los cuerpos rancios y sus moscas
agregue dos flores y sírvase entera
desnuda y sudada
esa cama blanca inocua
toda es sal
La Buena Hora
De todos modos iré sola
cuando llegue la buena hora de aniquilar
la atadura que aprisiona mi cuerpo
No soy libre y sé que es irreal
la sensación inasible que irradia la apariencia de mi forma

ahora que se me cautiva
Ciertamente sabré del espejo
las canas y arrugas
y a pesar de que sean vacuos indicios
de carroña en cautiverio
señales del ave minutos después de la caza
entenderé que la muerte llega
de muchas formas irresolutas


Sonia Chocrón (Venezuela)
Publicado en el libro Literatura Judía Latinoamericana Contemporánea: una Antología
de Northeastern University
Stephen A. Sadow (Editor)

miércoles, junio 14, 2017

dos poemas de Alejandro Tarrab

la familia (recuerdo XV-VIII-XXV)

la familia se congrega
tiende su delgado hilo negro
hacia una extensión que desconoce
la sangre y la imagen que estaba en la sangre señor

conviene retirarse delicadamente
del recuerdo- árbol
el tallit con sus cinco nudos en cada uno de los ocho filamentos


---------


familia (recuerdo VII-VII-LXXXVIII)

congrega alrededor de la sangre
sangre vertida señor como un todo

congrega al interior de la nave
—el oratorio o la página
que es también el cuerpo rotundo
inmóvil—

antes ya las mujeres habían preparado café
pasando los granos por el molino
arremangadas ante el fuego- aire
un incendio pequeño de palabras

(salvo excepciones naturales
ellas no aparecen en la imagen
aunque están bien representadas
por los faldones por la nave
que es el vientre)

la familia se congrega
tiende su delgado hilo negro
hacia una extensión que desconoce
la sangre y la imagen que estaba en la sangre señor

conviene retirarse delicadamente
del recuerdo- árbol
el tallit con sus cinco nudos en cada uno de los ocho filamentos



Alejandro Tarrab ( México)
De su libro "Litane" (Bonobos Editores)

sábado, junio 10, 2017

un poema de Ela Cuavas

Cartas de Mandela desde la Isla de Robben

I

Esta noche he recordado los días de mi infancia.

Fueron días felices los días en Qunu; la brisa que jugaba en la copa de los árboles acariciaba mi cara y yo empezaba a soñar: una gran fiesta tenía lugar en la pradera, todo cobraba vida en ese momento, las piedras y el agua cantaban con esa melodía triste que caracteriza a los negros de África.

Cuando despertaba, todas mis ovejas habían escapado, yo corría tras ellas con toda la fuerza que me permitían mis cinco años.

Antes de la llegada del hombre blanco, todos los hombres eran libres.

II

La rutina en Robben empieza a las cinco y treinta; parece un desfile de muertos la caminata hasta el comedor; después del desayuno salimos al patio a trabajar; la piedra de hoy es mucho más grande que la de ayer, la palpo suavemente y le hablo en silencio. Cuando el sol se quiera ocultar, esta dura piedra será polvo.

El corazón de algunos hombres es duro como la piedra.

¿Cuánto tiempo más me espera aquí? No lo sé. Será hasta que la piedra escuche mi voz y se desmorone sin golpes.



III

Cuánto angustia al corazón del hombre no poder besar los labios que ama y que también lo desean. Ese día de tu visita Winnie, me sentí más impotente que un pájaro de hielo.

El cuerpo de un hombre puede ser amordazado, humillado, vendido hasta la usura, pero sus ideas y sus deseos quedarán intactos. Si muero en esta celda, mis palabras florecerán en otros labios.

Ahora estoy dispuesto a morir.


Ela Cuavas (Colombia)
Publicado en http://circulodepoesia.com/2015/11/nuevas-poetas-colombianas/

martes, junio 06, 2017

un poema de Karl Shapiro

Diario de viaje para exilios


Mira y recuerda. Mira sobre este cielo;
Mira profundo y profundo dentro del aire limpio del mar
La inmensidad, la última estación de la plegaria.
Habla ahora y habla dentro de la bóveda sagrada
Qué escuchas? Cuál es la respuesta del cielo?
Los cielos han sido ocupados: éste no es tu hogar.

Mira y recuerda. Mira sobre este mar;
Mira para abajo y abajo dentro de la marea incansable.
Qué hay sobre la vida abajo, la vida adentro,
Una tumba, una cuna en la encrespada espuma?
Las olas ascienden; el viento del mar y el mar se ponen de acuerdo
Las aguas han sido ocupadas: éste no es tu hogar

Mira y recuerda. Mira sobre esta tierra,
Lejos, lejos a través de las fábricas y el césped.
Seguramente, allí, seguramente te dejarán pasar.
Habla entonces y pregúntale al bosque y al suelo.
Qué escuchas? Qué decreta la tierra?
La tierra ha sido ocupada: éste no es tu hogar.


Karl Shapiro (Estados Unidos)

Traducido del inglés por Myriam Rozenberg

viernes, junio 02, 2017

Un poema de Gabriel Jaime Caro (GajaKa)

El Hombre

Primero que todo camella labura, guarda su salud, mientras prepara el combate de las igualdades remotas. Promiscuo, va de retro junto a ella (contra sonatas), abren los besos en un lugar sonoro.

A la sazón la desazón, entre pasiones, quejas, y el mal sueño. Se gasta
el presente, con astrolabios de mano ante el maestro astrofísico, o la lengua del origen que no dejan.

Así al descreste, los años dinámicos, el remolque del gallo de Esculapio
o el resucitado.

Y si toma whiskey, un hijo esquizoide que copia a Munch, de escasos lados como un globo. Arrastra los fardos, mecánico automotriz, clase media, pesado y ligero, escrito en la pared del cuarto. Pero comete la peor infracción para el elegido:

No lee y es apolítico.

Gabriel Jaime Caro (Gajaka) (Colombia)
Publicado en Viceversa Magazine 

lunes, mayo 29, 2017

un poema de Perla Schwartz

Irse de casa


Irse de casa
        dejar atrás
una pesadilla,
desprenderse de la sombra dantesca,
desempolvar libros, papeles,
memorias
y una cierta luz comienza
a poblar al ser.
Irse de casa
para derrocar
la inercia...
        y acceder a deambular
por un derrotero
donde aún permanece
intacta
      la pasión por la vida.
Irse de casa
      para ya no estar sepulta
entre ruinas y fantasmas
liberar, liberar
esa materia del lenguaje
que al arder...
permite narrar
incluso
esos aconteceres
  agrupados en
la dialéctica de la impaciencia.

Perla Schwartz (México)
Publicado en su propio blog Líneas en fuga 
http://lineasenfuga-azul.blogspot.com.ar/2013/09/irse-de-casa.html

jueves, mayo 25, 2017

Diez intentos

Primer intento:
                           Escribir sin tener nada que decir

Segundo intento:
                            Decir cosas sin sentido

Tercer intento:
                            Sentir una tarde agotadora

Cuarto intento:
                             Agotar el hambre, la sed, el sueño

Quinto intento:
                             Soñar que las palabras son tiernas, maleables
                             Gráciles, se burlan de la ventisca que nace del movimiento de mis manos

Sexto intento:
                            Mover esa nube enlodada que no sé si es ausencia, pasado o lengua atrofiada de vocabulario

Séptimo intento:
                             Vocalizar. Comprender con mi boca nuevamente la forma establecida de vocales y consonantes

Octavo intento:
                            Sonar como un rumiante olvidado al lado del alambre

Noveno intento:
                            Alambrar lo inabordable, evitar lo que no quiere entregarse a la trascendencia

Décimo intento:
                             Trascender es levantar nido en la escritura