Años consagrada a la belleza
para terminar como una vieja agria
que se altera.
Para esculpir un rostro
se necesitan años de amargura
culpas varias retenidas.
Todo huele a encierro
la historia de su juventud
el hospital
la cárcel
la negación del vínculo
tan prohibido
como la música negra que condena.
En un piano imaginario Schumann aprende
a andar detrás de los barrotes.
¿Podrá abrir la brecha del dolor
reparar sonrisas
lograr que la alumna que castiga sus manos
haga reverencias?
En cuatro minutos se acortan las distancias.
La joven vibra el aire
ondula las cuerdas
y en su estrategia no pensada
la blanca rigidez convive
con la negritud que fluye
en la improvisación del jazz.
Es difícil que lo admita
pero lo cierto es
que la vieja lo hizo por las dos:
leer los pentagramas del secreto
tocar las teclas de lo feo
e indultarse.
Perdones que cruzan los aplausos
como los carceleros
que acuden al encuentro.
1 comentario:
genial amiga!!
el juego de la historia
el indulto por las dos
que hizo la vieja
enormeeeeee mirada poética
tremenda la historia
cariños
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