Pasos sin memoria
Miro por la ventana y no veo el mar. Las gaviotas
andan por ahí y la hierba se va secando en el varal. A la mañana temprano,
el mar todavía no vino. Vino el pan, vino la lumbre
y el diario. La saliva con que te he de decir buen día.
Las palabras son las primeras en llegar. Lo que queda de ellas
suaviza el papel. Pan caliente con el sueño de ayer
y los sueños de hoy. Se prepara el día, los pasos
de ir y venir. Estoy cada día más cerca. Me miras
como si supieses lo que he de saber enseguida.
En esta ciudad nunca es mediodía. Hay siempre una dulzura
de otras horas. Y recuerdos sueltos. Déjalas salir
de dentro del vestido, deja sueltas las olas del mar.
La ventana está vacía. Mi hijo camina en la playa
y tú descifras las gaviotas. Camina frente a mí
sin dejarlas prendidas. Me pierdo como todas las madres,
todos los amantes. Invento pasos y palabras
para dormir. A esta hora mi abuela enrollaba el rosario
en las manos. Yo estaba dentro de las cuentas, dentro del sueño
que rondaba el rezo. Durante mucho tiempo estuve afuera.
Ahora caminamos juntos. Sin memoria.
Rosa Alice Branco (Portugal)
Publicado en Jornal de poesia
Traducido del portugués por Myriam Rozenberg
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