¿Es esta la calle Broad en Hartford?
La vara reposando en la pared del frente
de la bodega. ¿Es una caña?
¿Qué está haciendo aquí rodeada de colillas
y frutas tan aporreadas que casi no han
sobrevivido el viaje.
Estas frutas y yo, convergiendo miles de millas de distancia
de lo que fue el inicio de nuestras jornadas.
Nuestras imágenes reflejándose juntas en los pequeños
espacios de la vidriera
que no han sido tapadas con anuncios para Café Bustelo
y detergentes.
Estas frutas. Esa caña. Yo.
¿Qué hacemos en este rincón de Broad Street?
¿Cuanto tiempo pasará antes de que empecemos a recordar
esas brisas tropicales y las atormentadas nubes de nuestras islas?
San Luís, el pequeño pueblo en Cuba
donde aprendí a decir caña, a saborearla, a querer más.
Juegos infantiles, inocentes, deliciosos como las cañas
que nos robábamos de los trenes cargados en el Central Unión.
Chiquillos peleándose para ser los héroes liberando de las cañas.
Yo quiero adueñarme de esa caña en Broad Street
bailar con ella. Correr de espaldas.
¡Ven, saboréame! me susurra Soy tan dulce
Si. Yo quiero saborear otra vez esta caña tan dulce.
Quiero disfrutarla ahora como lo hice antes. Ella quiere
que la posea, que la haga mía en medio de la calle.
Mis labios la rodean
mientras ella me promete llevarme al pasado
ser tan dulce, tan dulce,
como las tardes en San Luís cuando lo único que nos
importaba era el sonido del tren tentándonos
Sígueme, sígueme, sígueme, sígueme.
Tengo caña tan dulce, tan dulce.
Bessy Reyna (Panamá)
Publicado en su página http://www.bessyreyna.com/poem6.html
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