SIN ORILLAS, AMOR, SIN ORILLAS
A lo lejos, el cielo, a lo lejos
allá donde las aves se hunden en una soledada blanca.
Acá
LA TIERRA estéril,
el lugar de la pérdida el lugar del encuentro.
Encuentro en tu carne el olvido de la carne,
el silencio después del silencio la fuente sin origen.
Encuentro tu boca sellada por mi boca como un astro muerto
que nada sabe salvo incendiarlo todo en un himno
lejano y sin regreso.
Y es el agua loca del amor o la pena,
la soledad vencida por la soledad,
el anzuelo del exilio que nos confunde hasta ser
la antorcha irremisible que canta en la boca de los muertos.
Así encuentro la pérdida, y te encuentro
otra vez sagrada, y otra vez lejana
como un cielo estéril donde el viento y el deseo
hacen de la tierra un sueño salvaje, una palabra del ocaso.
Y somos la luz después de toda la muerte
y de toda la luz.
HASTA DIOS HASTA EL FUEGO SIN ORILLAS.
hasta el próximo poema, nada más que hasta el próximo poema,
amor mío.
Mario Morales (Argentina)
Publicado en el libro La distancia infinita (Editorial Fondo de Cultura Económica)
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