Adentro
como un relámpago frío
alguien me apunta que yo no quiero cambios
Que digo es turbio el cielo
porque no puedo ver en la bandada
al pájaro real
Me está hablando
sin nombrarla de la alegoría de la caverna
cree que me engaño con las sombras
Y no es verdad
sé reconocer muy bien
al ave que se esconde en el árbol contiguo
su miedo a la fiebre
a la costumbre
a amontonarse de roces en la noche
cálido
como las hojas que se despegan de las ramas
Para qué reverberar en
la corteza
esta palabra conciente
de deseosi es inútil calcular esa distancia
avejentarse en lo inmóvil
un cerrado dolor
que no se disipa
en la almohada oxidada
La tarde no se recobra
del silencio
Esa lengua
esa encrespada melodíanunca
anidará por aquí.
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