Una hora para ponerse a llorar:
debo aprovechar el momento.
Quiero decir:
después tengo que ser ocurrente
y recurrente también la gentileza.
Cuando entra el muchacho a vender
pienso que quizás pueda comprar
ese pequeño mundo que gira en mis manos sobre su eje.
Busco las islas y dice en inglés
Claimed by Argentina and UK
y luego Georgias (UK)
y miro la etiqueta con el código de barras
que empieza con números extraños, extranjeros.
La vida te escupe la verdad a través de los objetos.
Es admirable que no vuelvas a llorar
sobre ese mar
que ahora devuelves.
1 comentario:
¡Excelente! Y triste a la vez...
Saludos.
Verónica
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