Retengan este nombre: Saltsjoebaden.
¿Difícil de pronunciar? No sé, vivo en Suecia y los nombres largos
brotan con facilidad desde mi boca.
Dice el diario
que un tren colisionó con un edificio de viviendas en Saltsjoebaden.
Que anduvo solo, o mejor dicho, que una mujer que hace la
limpieza lo accionó de modo involuntario.
No es cierto, comentan las malas lenguas. Ella lo robó. Hace
años que se queja del país, de que nunca pasa nada, de que los días son siempre
regulares, aburridos, tan monótonos, que es necesario un poco de velocidad, de
aceleración, de premura.
Para quien da pasos lentos en la nieve, 80 km/ hora es una exageración.
Con esa ligereza, sólo trota el viento suprimiendo
huellas.
El cuerpo de la mujer se encuentra lastimado, escindido en
fracturas.
También hay brechas y rendijas en Saltsjoebaden.
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