(Orix en Namibia- National Geographic- Mikael Stiller)
Alguien
creería que viven en destierro
pero sólo son
vértigo sus astassu errancia no tiene límites
los mapas desconocen sus trayectos
cada mañana es un día inesperado
traspasan las faenas pero no es holganza
los horarios echados al sol
la mirada perpetua amarrada al horizonte
ni peregrino ni
viajero
podemos aprenderlo que nos ha sido vedado
los rayos de luz directos en el vientre
y no sentirnos solos
porque está el silencio, la luna
la alianza con el viento
el matrimonio inquebrantable de la sombra con la arena
los antílopes dan
pasos y se alejan
tornándose pequeñas
cicatrices como aquellas aldeas sucesivas divergentes
el hombre quiere alterar los ritmos de sueño y de vigilia
arroja con envidia su lanza
la foto restringe la libertad
captura
lentamente
mata
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