Ellos dijeron:
A cada ciudad, su arco de cemento, su gran puerta.
A la Historia enseñaremos su correa, como a nuestro perro del Norte, y ella se detendrá para nosotros.
Y construyeron sus puertas para invitarla, puertas muy grandes, para que pasara algo grande como la Historia.
Y vino la Historia con su oscura caravana, entró y salió por las puertas, y detrás entraron el hambre , la ambición y la muerte y los otros, los extranjeros también entraron, desde el Este, desde el Oeste y desde el Sur, y yo fui uno más entre ellos.
Desde Alcalá hasta los Campos Elíseos , mi mente fue abriéndose como una puerta, mi corazón apretado por la gran despechada, la creadora del viaje incesante, la que se detuvo sólo el tiempo necesario para dejar impresa sobre el Norte la barrosa huella de su único y pesado pie.
Claudio Archubi ( Argentina)
Publicado en el libro Sísifo en el norte (Ediciones Ruinas circulares)
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