Como ese libro de
poemas. Con portada impecable y leve decoloración
en el lomo.
Hay una atracción
en su interior-sólo funciona adentro de la casa- con precios irrisorios, accesibles.
Son rostros
humanos los que salen de sus sillas, cautivados por esa rica variedad de poesía
(plisados y arrugas de origami, sencillos y, al mismo tiempo, extravagantes).
Al penetrar en
esas hojas, un jardín acogedor hace olvidar el exceso de barniz que albergó una
vez en la envoltura.
Hoy segrega el olor desagradable de lo que se desgasta.
1 comentario:
alguna vez leí que es mejor "gastarse que enmohecerse" y así lo creo... pobre de aquel libro que nos queda eternamente impecable en la biblioteca...!
me pregunto si el "olor desagradable de lo que se desgasta" sería como el compost, tan necesario para la buena vida de un jardín acogedor...
cariño grande!
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