....soy de la rosa y la mar... soy el escaramujo
(Silvio Rodríguez)

martes, agosto 16, 2005

Barracas al sur


La encuentro en una esquina,
salto de cama rojo, bien potente,
imposible no mirarla,
con una bolsita de supermercado,
ajena a los problemas del mundo.
Yo me detengo en ciertas casas.
Dejo lo que el trabajo me obliga.
Y degusto ese color gris de las calles
que no desentona
con las casas de principios de siglo XX.

A veces mis ojos me piden eternizar
ese momento
y entonces saco mi cámara de fotos:
casas viejas, con rejas oxidadas por el tiempo,
nombre de constructor italiano en la fachada
y maldigo no poder atar el olor que llega del Riachuelo.

Sigo la trayectoria que me impuse
y otra vez la veo.
Sigue con sus pasos cansaditos
amputando el silencio.
Luego miro un perro callejero
husmea la basura, toma agua
que corre a la orilla del cordón de la vereda
y me sorprendo frente al templo de los masones.
Me da vergüenza sacar una foto
porque hay gente que mira
pero hace unos meses estuve en su interior:
el piano viejo, los asientos estratégicamente ubicados,
y la inscripción que recuerda al arquitecto del mundo.

Ahora regreso , voy hacia mi último punto.
Me espera nuevamente el olor a choripan
de aquella esquina
y allí está ella.
No sé si se dio cuenta que ya nos encontramos
varias veces.
Cruza la calle, viene hacia mí
me dice qué frío que hace hoy
y le contesto que sí, que hay que cuidarse.
Yo me voy y ella se aleja,
se va haciendo más pequeña.
Y me saca una sonrisa
la vieja caminando por Barracas.

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