Murmuraciones.
Qué me importa la vida de los otros.La mía sí.
Esas notas de soprano no se retractan.
En este carnaval Pierrot y Colombinas del subdesarrollo
me pegan con sus trajes colgados en la percha
al lado de la vía.
A la tarde, mientras pronuncio un idioma
que no me es extrañoverifico el sonido
de cilindros que golpean
no son del parque ni pantallas.
Del club puntúan esos espectros invisibles.
La noche supone la circulación de instantes precisos.
Miden los grados del calor subtropicalque vino de los cambios.
Hormonas que se tornan quistes, pústulas y pápulas.
Me callo todo lo que digo.
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