A las 7 de la mañana, me levanté con puntadas en el vientre.
Había dormido poco.
Un rato antes la gata saltó sobre mi cuerpo
como si fuera un aeroplano que busca aterrizar.
Mi abuela y mi madre ya están en la cocina, charlan
sobre el nuevo negocio cordobés que instalarán en la esquina.
Son de Ordoñez y tienen tambo.
Mi abuela dice que allí estuvimos paseando
siguiendo el trabajo de Oscar.
El Banco de la Nación Argentina traza itinerarios
que no figuran en ninguna guía turística.
Tampoco los dolores saben
dónde empiezan
ni cómo terminan.
1 comentario:
¡Qué sencillez y riqueza!
Cómo envidio ese decir que a mi no me sale!
Me re gustó!
beso, Myri!
Laura
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