Irse de casa
Irse de casa
dejar atrás
una pesadilla,
desprenderse de la sombra dantesca,
desempolvar libros, papeles,
memorias
y una cierta luz comienza
a poblar al ser.
Irse de casa
para derrocar
la inercia...
y acceder a deambular
por un derrotero
donde aún permanece
intacta
la pasión por la vida.
Irse de casa
para ya no estar sepulta
entre ruinas y fantasmas
liberar, liberar
esa materia del lenguaje
que al arder...
permite narrar
incluso
esos aconteceres
agrupados en
la dialéctica de la impaciencia.
Perla Schwartz (México)
Publicado en su propio blog Líneas en fuga
http://lineasenfuga-azul.blogspot.com.ar/2013/09/irse-de-casa.html
....soy de la rosa y la mar... soy el escaramujo
(Silvio Rodríguez)
lunes, mayo 29, 2017
jueves, mayo 25, 2017
Diez intentos
Primer intento:
Escribir
sin tener nada que decir
Segundo intento:
Decir
cosas sin sentido
Tercer intento:
Sentir
una tarde agotadora
Cuarto intento:
Agotar
el hambre, la sed, el sueño
Quinto intento:
Soñar que las palabras
son tiernas, maleables
Gráciles, se burlan de la
ventisca que nace del movimiento de mis manos
Sexto intento:
Mover
esa nube enlodada que no sé si es ausencia, pasado o lengua atrofiada de
vocabulario
Séptimo intento:
Vocalizar.
Comprender con mi boca nuevamente la forma establecida de vocales y consonantes
Octavo intento:
Sonar
como un rumiante olvidado al lado del alambre
Noveno intento:
Alambrar
lo inabordable, evitar lo que no quiere entregarse a la trascendencia
Décimo intento:
Trascender
es levantar nido en la escritura
domingo, octubre 23, 2016
Microrrelato sobre una noticia de diario
Un hombre, llamado Salvador, paseaba con su familia por las playas de Mar del Plata.
Se había detenido a mirar el mar, sus grandes olas, mientras se hacía las mismas preguntas que se hacen todos cuando se confronta esa enorme inmensidad: qué pequeños que somos, para qué hemos sido creados, quién habrá en el universo además de nosotros.
De pronto, entre todo lo que lleva y trae el agua, vio una botella de vidrio que flotaba.
Era, quizás, una botella paseandera, como esos objetos que, en los cuentos de Hans Christian Andersen, recorren el mundo, para adquirir experiencia.
La botella tenía un papel enrollado en su interior.
Consciente de que ese era un hallazgo maravilloso, algo anacrónico por cierto, Salvador quiso acercar la botella.
Caminó unos metros y encontró la rama de un árbol, con la que apenas alcanzó a pegarle unos golpes al vidrio.
Entusiasmado, Salvador bajó por la escollera para intentar agarrar la botella con la mano.
Con los pies hundidos en esa mezcla dolorosa de piedra y arena, y el agua llegándole a las rodillas, una ola inmensa lo arrastró, recibiéndolo en su tibieza.
La familia, desesperada, gritó. Vinieron entonces los hombres de Prefectura, pero a pesar del esfuerzo, sólo retiraron un cuerpo muerto.
De la botella nadie más habló.
En su interior alguien había escrito: Ahora conocerás todos los secretos.
miércoles, enero 06, 2016
Un poema de Shirley Kaufman
Su mujer
Pero fue cierto que ella
miró para atrás. No por
curiosidad, algún grumoso
alcance de la mente
que torna todas las formas en columnas.
Pero para ser sólo quien ella era
apartada de ellos, el lugar
explotando, y ella misma
definida. Observándolos derritiéndose
en una pila de desechos y el
deslizamiento de las llamas
dentro de sus bocas.
Examinando sus propios labios luego,
la frialdad, hasta
que ella pudo saborear la sal.
Shirley Kaufman (Estados Unidos)
Publicado en http://wanderinghebrew.com/2014/11/23/parshat-vayera-tethered-to-an-inept-husband-lots-wife-showed-courage-by-looking-back/
Traducido al español por Myriam Rozenberg
miró para atrás. No por
curiosidad, algún grumoso
alcance de la mente
que torna todas las formas en columnas.
Pero para ser sólo quien ella era
apartada de ellos, el lugar
explotando, y ella misma
definida. Observándolos derritiéndose
en una pila de desechos y el
deslizamiento de las llamas
dentro de sus bocas.
Examinando sus propios labios luego,
la frialdad, hasta
que ella pudo saborear la sal.
Publicado en http://wanderinghebrew.com/2014/11/23/parshat-vayera-tethered-to-an-inept-husband-lots-wife-showed-courage-by-looking-back/
Traducido al español por Myriam Rozenberg
sábado, enero 02, 2016
Un poema de Rosalind Brackenbury
Poesía en tiempos de guerra
los consejeros, los dirigentes marionetas,
los inflados y los caídos
No quiero conocerlos,
no escuchar sus planes, sus
excusas,el Presidente y los hombres del Presidente,
el Papa con su humareda blanca para el vudú,
los trajes, corbatas,
dientes, insignias,
las armas, los nombres de los
camiones y las armas
Quiero olvidarlos a todos,
ser lavada de ellos,para empezar de nuevo: donde nadie sepa
quién es uno,
o lo que él cree.
Darle mi atención a:
las hojas del frangipani
desenroscándose,el aroma del jazmín,
una persona ayudando a otra a cruzar la calle;
a las semillas,
a los principios; a una
palabra clara para la cualno haya engaño ni alternativa
Publicado en https://www.poets.org/poetsorg/poem/poetry-time-war
Traducido del inglés por Myriam Rozenberg
martes, diciembre 29, 2015
Un poema de Rachel Hadas
Electrocardiografía
citas, cancelaciones. Dos: máquina
para la que estamos, registrando cada pulso de tu corazón
con imágenes granulares que pulsan y saltan
en sincronización con el interior oscuro.
Tres: pantalla anticlimática
de VCR, un dibujito viejo estridente, pequeño
graznando y temblando en el cuarto oscurecido.
Pasadas estas representaciones de visiones respectivas
nos movemos a la puerta siguiente. Aquí el examen
es palpable, es el estetoscopio en el pecho:
inspira, espira, levanta tus brazos, parate, ponte en
cuclillas y descansa.
Estoy sentado, mirando fija y vagamente al cielo
desde el piso noveno, una vacuidad azul pálida
Qué es una ventana sino otro marco
o pantalla a través de la cual se reflexiona - es tiempo
o espacio que descascara su apagada fachada para mostrar
la pobreza de lo que realmente sabemos
a pesar de la opulencia de los datos que podemos ver
a través de las máquinas que perforan la opacidad?
Bueno, no más pantallas por un año más o dos
Gracias y adiós. Es hora de irse.
Rachel Hadas (Estados Unidos)
Publicado en http://www.pulsevoices.org/index.php/archive/poems/23-echocardiographyTraducido al español por Myriam Rozenberg
viernes, diciembre 25, 2015
Un poema de Myra Sklarew
Qué es un poema judío?
y talit
vive en la diáspora
y anhela por la patria
sacude el lulav
de un lado a otro dentrode una sucá plástica
o recita
las siete bendiciones
bajo la jupá
me pregunto
qué es un poema judíova solamente a la sinagoga
un día al año
ajustando los tefilin
como un extranjero negro pequeño
a su brazo izquierdo
es que abre
las pieles rígidas
del libro de rezos
para revelar sus letras
al igual que plaquetas ennegrecidas
serpeteando adentro
pequeño yeshiva bojer
pequeño poema judíomoviendo tus rulos laterales
susurrándome piut
en mi sueño
pequeño poema judío
en tu streimel
abuelito
cántame
poemita judío
Myra Sklarew (Estados Unidos)
Publicado en http://wanderinghebrew.com/2010/02/08/what-is-jewish-literature-what-is-a-jewish-poem/Del libro From the Backyard of the Diaspora
Traducido al español por Myriam Rozenberg
viernes, octubre 09, 2015
Simjat Torah
Simjat Torah
Como si fuera un bebé,
hoy por vez primera
tuve la Torah en mis brazos.
La apreté contra mi pecho.
Sobrevino, entonces, una mezcla
de alegría/ de tristeza.
En cada movimiento supe:
acunaba el nacimiento
de mis padres.
Como si fuera un bebé,
hoy por vez primera
tuve la Torah en mis brazos.
La apreté contra mi pecho.
Sobrevino, entonces, una mezcla
de alegría/ de tristeza.
En cada movimiento supe:
acunaba el nacimiento
de mis padres.
lunes, septiembre 21, 2015
Sueño
Sueño
Digo “nos” porque, como siempre, mi abuela, la Lela, va conmigo.
El hombre habla y hace comentarios incoherentes. Veo el zigzag
que hace sobre la ruta.
Inesperadamente, se desvía del trayecto, se detiene. Hace
calor y explica que quiere descansar bajo la sombra.
El hombre se ríe, lo observo bien. Tiene la cara del
motochorro. Permanece sentado bajo un árbol al costado del camino. Hay autos que
avanzan y yo miro el reloj. Pienso: “Si no llego antes de las 14 y 30, qué
sentido tiene este viaje”.
El sol-así es el verano- pega fuerte. Le pregunto a mi
abuela si tiene sed. Me contesta que sí. Tengo una botella de agua mineral en
el asiento trasero. Voy a traerla.
El sonido del teléfono me despierta.
Estoy preocupada: mi abuela tenía sed.Voy a saciarla: enciendo una vela.
miércoles, abril 29, 2015
Tazria
Siete días andaremos por los suburbios
perdidos como palomas comiendo migajas
intoxicados con hollín
toda oscuridad/ nosotros
(recipientes
de impurezas)
Algo hicimos mal por estas plagas:
hinchazón, pústula, mancha lustrosallaga, sarna, piel hundida, cicatriz de quemadura
Dicen que hay que bañarse en un manantial
de aguas corrientes
bautizarse
para cancelar sangrías
Porque todo lo que supura se elimina
Se borran
flujos/ poluciones /menstruaciones
con baños rituales
Abramos esas grietas
para que expulsen
el
cansancio
el desaliento
la tristeza
un nuevo comienzo
sábado, abril 11, 2015
Paráfrasis de saltos y pasajes
En aquel tiempo había una mujer que había decidido no llorar más. Dios quiso que el corazón se le endureciera.
Apareció la bronca con su báculo y le pegaba enojos a través de frases hechas y silencios incómodos pero ella no dejó que saliera el llanto.
Posteriormente vino la ansiedad, y en plena oscuridad le nacía el día. Pero ella no lo dejó ir (al llanto). Entonces pisó un trapo, resbaló y cayó de espaldas porque atrás está todo lo que se deja y ella seguía anclada en el pasado, y se fracturó el brazo. Aún así no se conmovió su corazón.
Luego vino la angustia que le trajo recuerdos de otros días y ella no dejó salir al llanto. Y las cervicales se le pusieron rígidas como la imagen de un dios pagano.
Pronto vino la tristeza que le susurró otro nombre por las noches, pero ella se mantenía firme, con el corazón apretado.
Luego vino el desconsuelo, que la hizo pensar en los sueños no alcanzados, en hogares sin gente, en niños sin padres, pero ella no dejó que saliera el llanto.
Después surgió el remordimiento por no haber hecho todo lo suficiente, se le venían los verbos en subjuntivo y condicionales, pero al fin tanta sintaxis robusteció su corazón y el llanto no podía salir a realizar sus ofrendas.
En seguida vino la autocompasión que la indultó de los errores cometidos porque no hay que arrepentirse de nada, todo se hizo en un tiempo y en un contexto, y ella endureció su corazón y le cobró más tributos al llanto.
Llegó la preocupación a empujarla del brazo libre, mas ella no quería escuchar y otra vez endureció su corazón. ¿Acaso no están bien en su lugar las lágrimas?
No faltó la irritación, ese estado de enojo constante dentro de sus intestinos, y aunque todo se le retorcía en el vientre, y vio sangre, continuó a endurecer su corazón. Y el llanto esclavizado se ponía amargo más no por eso más endeble.
Hasta que una noche se levantó polvo, y un viento intenso vino a revolver la tierra y el cielo, y hubo tormenta y ruidos extraños, y picazón y ardor y el ojo izquierdo se llenó de los pedazos de piedra que el corazón ya no podía contener más.
Y se enrojeció y contagió al derecho porque no es bueno que un ojo esté solo, y el ojo vino a lagrimear a contrapelo del antojo, y la conjuntiva se hizo colorada como sangre, y bichos de todo tipo como piojos y langostas saltaban en los párpados y vino la sequía y los colirios no alcanzaban.
Entonces un ángel fuerte mató su deseo primogénito porque ella no sabía que había que hacer marcas en la puerta.
Recién entonces convino ella a liberar su llanto.
lunes, marzo 23, 2015
un poema de Merle Feld
Dejando Egipto
La noche es tan oscura
y yo tengo miedo.
No veo nada, no huelo nada,
la única realidad-
sostengo la mano de mi madre.
Y mientras caminamos
escucho los sonidosde la multitud en movimiento-
en frente, detrás,
alrededor,
una multitud en movimiento.
No tengo pensamientos sobre el futuro,
ahora, en la oscuridad,hay sólo movimiento
y la mano de mi madre.
Traducido del inglés por Myriam Rozenberg
Publicado en http://jwa.org/blog/passover-poetry-studying-mundane-and-holy-terrain
jueves, marzo 06, 2014
un poema de Pablo Antonio Cuadra
La noche es una mujer desconocida
Preguntó la muchacha al forastero:
-¿Por qué no pasas? En mi hogar
está encendido el fuego.
Contestó el peregrino: -Soy poeta,
sólo deseo conocer la noche.
Ella, entonces, echó cenizas sobre el fuego
y aproximó en la sombra su voz al forastero:
-¡Tócame!- dijo-. ¡Conocerás la noche!
Pablo Antonio Cuadra (Nicaragua)
Del libro El jaguar y la luna.
Preguntó la muchacha al forastero:
-¿Por qué no pasas? En mi hogar
está encendido el fuego.
Contestó el peregrino: -Soy poeta,
sólo deseo conocer la noche.
Ella, entonces, echó cenizas sobre el fuego
y aproximó en la sombra su voz al forastero:
-¡Tócame!- dijo-. ¡Conocerás la noche!
Pablo Antonio Cuadra (Nicaragua)
Del libro El jaguar y la luna.
domingo, marzo 02, 2014
un poema de Ivar Grunthal
Y de este modo un monólogo
en cientos de lagos de memoria-
azul Kareliano.
Las caras de los muertos cayeron
del cielo nocturno como estrellasdentro de las nieves de abril desolado.
La herida de bala negra entre los ojos
ha marcado apenas la pielcomo la luz de luna se derrama desde sus rostros.
El polvo no se transforma en polvo.
la nieve estará a la derivacuando la noche se torne amanecer.
Ivar Grunthal (Estonia)
Traducción al inglés por Ivar IvaskTraducción del inglés al español por Myriam Rozenberg
Publicado en Contemporary East European Poetry : An anthology
(Editado por Emery Edward George)
miércoles, febrero 26, 2014
un poema de Orit Gidali
Kohelet
Realmente lo fui.
Pisando cientos de flores en mi camino hacia la cama blanca
donde mis mujeres esperaban para remover la corona de mi cabeza-
hecha de mazapán en la mordida de suaves lenguas-
mi seda frotando contra sus sedas, mi carne elegiría entre
ellas, y mi carne ya era dulce entre sus carnes.
Kohelet, tuve cientos
de mujeres
y no tuve ningunapodía reconocerla por su aroma
o por su piel o sus pies,
sus pasos cuando se alejaban de mí: el lamento de David.
sus pasos hacia mí: su canción.
Yo soy Kohelet,
Salomón,
mi ropa de cama es el
misterio de sudariosy mi corona mordida está sobre mí.
Publicado en http://www.thebakerypoetry.com/writing-from-israel/4/#bride
Traducido del inglés por Myriam Rozenberg
sábado, febrero 22, 2014
un poema de Carlota de Barros
Mar y fuego
Nací junto al mar
um mar intranquiloy bello
olas salvajes
subiendo para las velascomo un grito sensual
de amantes nostálgicos
dormí tranquila
con el rumor del mary sabor a sal
en el aire caliente de la noche
me uní para siempre
al aguaal sol
a la arena
nací entre el fuego
y tempestades saladas
me cubrí de salitre
mastiqué la salde las olas sin fronteras
y me uní
para siempre
al mar y al fuego.
Carlota de Barros (Cabo Verde)
Publicado en http://www.africaeafricanidades.com.br/documentos/ANTOLOGIA-CABO-VERDE.pdfTraducido del portugués por Myriam Rozenberg
martes, febrero 18, 2014
Página en construcción
Cierro los
ojos. Visualizo. En esta ola de calor,
la imagen se nubla, foto que se añeja.
Es un juego el caos de la casa, un pequeño universo controlado. En la puerta de entrada elijo abandonar el mundo hirviente.
Una plegaria.
No veo nada.
Los padres
y los hijos se hunden entre la ropa limpia y los sueños se enmascaran tahúres en
susurros desde páginas de libros.Es un juego el caos de la casa, un pequeño universo controlado. En la puerta de entrada elijo abandonar el mundo hirviente.
En el
cerebro, sin embargo, se agolpan las violentas tragedias, las históricas, que
se escriben desde la memoria de los tiempos, generación en generación. Aunque
ya no retenga los nombres familiares, me quedan los hechos. Complejos destinos
tuvieron los perseguidos, apellidos cambiados, cruces virulentos de fronteras. Van
dentro de mi sangre.
También los
pequeños dramas cotidianos: la plata que no alcanza a fin de mes, el llamado
trunco del que parecía conocido y ahora es apenas un extraño, el desborde de
papeles con letras que se precipitan en filas como hormigas. Y los que duelen,
duelen, duelen.
Sé muy bien
lo quiero.
Una paz que
descienda hacia mí, que mitigue la angustia reincidente de lágrimas, que siembre
esperanza en este edificio derribado. Una plegaria.
Aunque sea un
poco tarde.
viernes, febrero 14, 2014
Imprudentes se repiten como ecos
Él no será distinto
pienso
mientras unas mujeres hablan de hombres
que brotan imprudentes
se repiten como ecos
te comen el cuerpo
antropofágicos
rumiándolo un rato
te lo devuelven masticado
gorjean trinos ridículos
te arrancan el futuro
para volverlo a ingerir
a la noche
están hambrientos
que atesore identikits
donde se encuentren los rostros
con sus palabras y acciones asesinas
estaríamos atentas
para llamar raudas
al 911 del dolor
y evitaríamos
el tufillo a humedad
que se desprende
de los ojos de estas casas
que se horadan y envejecen
pienso
mientras unas mujeres hablan de hombres
que brotan imprudentes
se repiten como ecos
te comen el cuerpo
antropofágicos
rumiándolo un rato
te lo devuelven masticado
gorjean trinos ridículos
te arrancan el futuro
para volverlo a ingerir
a la noche
están hambrientos
Si hubiera acaso
un archivo que atesore identikits
donde se encuentren los rostros
con sus palabras y acciones asesinas
estaríamos atentas
para llamar raudas
al 911 del dolor
y evitaríamos
el tufillo a humedad
que se desprende
de los ojos de estas casas
que se horadan y envejecen
lunes, febrero 10, 2014
un poema de Anat Levin
Poema 8
A las 18 el tiempo vino para casarse
Un novio fue encontrado, un vestido fue confecionado
( un poco demasiado apretado. La costurera dijo:
Bate tus brazos para arriba y para abajo como un pájaro- se estirará)
Alquilaron un salón pequeño y una banda, tocaron Aris San
Y bailaron. Batiste tus brazos, para arriba, para abajo
Y en cualquier sentido. No sirvió.
Había pollo.
Anat Levin (Israel)
Traducido del hebreo al inglés por Vivian Eden
Traducido del inglés al español por Myriam Rozenberg
Publicado en http://www.haaretz.com/culture/poem-of-the-week/.premium-1.535539
miércoles, febrero 05, 2014
un poema de Elaine Feinstein
Jerusalem
hasta que la noche del desierto gotea
un manto azul oscuro sobre las calles
bruscamente, como siempre en el
Levante.
Cuando te vi por primera vez,un cable punzante taladró tu corazón,
y la claridad de tus estrellas me perforó
como un Dios tribal antiguo.Revendí todos mis dijes de plata
de manera que pude deambular por
los callejones angostos
con tu polvo blancoen mis sandalias durante unos pocos días más,
beber té de menta con mi amante marroquí
bajo armas jordanas antes de queme fuera por el Londres lluvioso y el hombre con el que me casé.
Traducido del inglés por Myriam Rozenberg
Publicado en http://www.haaretz.com/culture/poem-of-the-week/.premium-1.531747
jueves, enero 30, 2014
un poema de Gerardo Lewin
Bar Minutas La Pura
son algunas mujeres
bastante comentadas.
Son la Rubia, la Gorda,
La Pety, la Grandota.
Hay gritos que no turban
en general a nadie
ni en particular a uno
que sonríe inmutable.
Viste frac
y su eterno peinado a la gomina
me saluda lustroso desde el cuadro.
Es verano.
Han sacado dos mesas a
la calle.En ellas se han sentado
algunos viejos personajes.
Shilock, de saquito blanco
y camisa manga corta,
fuma tranquilo su cigarro Avanti.
El mozo oriundo de Galicia.
Alguien con pinta de haber sido
presidente de Atlanta
y que quizás lo sea…
( en Villa Crespo abundan
los presidentes derrocados).
En fin, variada gama.
Una mujer morena
atiende un quiosko.
Callada,tiene en los ojos algunos matices
que podrán resultar peligrosos
para ese pobre iluso
que se acerca a comprar caramelos.
Ya no hay nadie.
Pasan autos, camiones.Suena una bocina.
Fumo.
Alguien saluda.
El universo se expande
y mientras tanto me he
quedado solo.
Corrientes, dicen,
nunca muere.
este café,
mi vida
frente a esa otra eternidad,
quisiera
no morir,
quedarme para siempre
escribiendo este poema.
El mozo va apagando
poco a poco las luces,una acá y otra allá,
insinuando sutil
que ha llegado mi hora.
Tendré que irme, por
supuesto.
Pero eso será igual,seguramente,
a medias.
Mi verdadero yo se
habrá quedado.
Gerardo Lewin (Argentina)
Del libro Amores Muertos
( Editorial El Jabalí)domingo, enero 26, 2014
poema reciente
Adentro
como un relámpago frío
alguien me apunta que yo no quiero cambios
Que digo es turbio el cielo
porque no puedo ver en la bandada
al pájaro real
Me está hablando
sin nombrarla de la alegoría de la caverna
cree que me engaño con las sombras
Y no es verdad
sé reconocer muy bien
al ave que se esconde en el árbol contiguo
su miedo a la fiebre
a la costumbre
a amontonarse de roces en la noche
cálido
como las hojas que se despegan de las ramas
Para qué reverberar en
la corteza
esta palabra conciente
de deseosi es inútil calcular esa distancia
avejentarse en lo inmóvil
un cerrado dolor
que no se disipa
en la almohada oxidada
La tarde no se recobra
del silencio
Esa lengua
esa encrespada melodíanunca
anidará por aquí.
miércoles, enero 22, 2014
un texto de Diego Paszkowski
Dieciséis
A los
diecisiete años, Max probó jamón de cerdo por primera vez. Fue en un bar de la
avenida Federico Lacroze, en el barrio conocido como Chacarita, bastante cerca
de Villa Crespo pero lejos del barrio de Once, donde cualquier hubiese podido
reconocerlo. Llegó al mediodía y, rodeado de trabajadores que pedían empanadas
o pizzas, de empleados de comercio que pasaban allí su hora de almuerzo, o de
otros jóvenes quienes habrían abandonado la escuela o escapado de ella, pidió
un sándwich especial de jamón crudo y quedo, cuando todo lo que había comido
hasta entonces eran sándwiches de pastón, y jamás había mezclado carne con
leche. En un mundo al que Dios había abandonado, pensaba, era inútil respetar
tonterías semejantes como: “No guisaréis el cabrito con la leche de su madre”.
Hizo su pedido con la loca fantasía de que el mozo le dijera algo, de que se
diese cuenta, pero eso no sucedió y pronto tenía ante sí un plato con el
alimento dos veces prohibido. Lo contempló largamente, con el secreto temor de
que al dar el primer mordisco un rayo vengativo destruyera de pronto el local y
apagara en un segundo la vida de todos los pobres inocentes que se encontraban
allí. Pero eso no sucedió, ni en el primer mordisco, ni en el segundo, ni en el
tercero, ni en todos los que Max debió dar para terminar su sándwich en pocos
segundos. Pero entonces, como si una mano invisible le hubiera arrojado un
puñetazo, Maxi sintió en el estómago un dolor de tal magnitud que lo hizo
doblarse en su propia silla. O aquel jamón estaba en mal estado, o él mismo
estaba en mal estado, o su fe, o en verdad Dios existía y estaba atento a todas
nuestras acciones. Como pudo alcanzó el baño, un lugar inmundo-canillas que
gotean, el rancio olor de las deposiciones, la pintura descascarada, tras las
puertas de madera barata las leyendas políticas o procaces que se escriben en
la privacidad de los baños con la impunidad de los hechos anónimos- y allí
vomitó, para quedarse varios minutos en recuperarse: Max era entonces un joven
sano y fuerte y, salvo en aquellas peleas iniciales con su antiguo compañero de
vóley, no estaba acostumbrado a sentir dolor. Luego se lavó la cara, regresó a
su mesa, y entonces volvió a pedir un sándwich especial de jamón crudo y queso,
doble, con doble ración de jamón y doble ración de queso, que también debió
esperar, y que también devoró en pocos segundos. Esta vez, con el estómago
recién vacío, el alimento le sentó bien. ¿Y qué pasaba con Dios, entonces?
¿Dónde estaba ahora, al momento de castigarlo? No había castigo, como no lo
había habido para la barbarie nazi, y como no lo había para todos los poderosos
que, en el mundo, no hacían más que torturas a pobres inocentes. No había Dios.
Del libro Rosen, una historia judía. Editorial Sudamericana.
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